El Papa elogia a «las familias numerosas que acogen los hijos como don de Dios»

Durante el vuelo de regreso a Roma había aclarado que el cristianismo no obliga a «hacer hijos en serie» ni a «perdonadme la palabra, a ser como conejos ». Pero eso no quita mérito a los matrimonios que tienen muchos hijos, a los que aplaudió en el multitudinario encuentro con familias numerosas el pasado 28 de diciembre en Roma, que fue el primero de ese tipo.

En la audiencia general del miércoles, el Papa salió de nuevo al paso del neomaltusianismo denunciado por Pablo VI y por él mismo en este último viaje, rechazando la tesis de que «las familias con muchos hijos y el nacimiento de tantos niños sean la causa de la pobreza. Me parece una opinión simplista».

Yendo a la raíz del problema, Francisco añadió que «la causa principal de la pobreza es un sistema económico que ha expulsado a la persona de su centro y ha puesto en su lugar al dios dinero. Un sistema económico que excluye y que descarta».

El Papa insistió en que «nos estamos acostumbrando a ver el descarte de personas, y esta es la causa de la pobreza, no las familias numerosas».

Como hace siempre en la primera audiencia general al regreso de un viaje, el Papa presentó un balance en el que destacó haber promovido en Sri Lanka «el diálogo de las religiones al servicio de la paz».

No sólo mantuvo un espléndido encuentro interreligioso y visitó un templo budista, sino que, durante la ceremonia de canonización del sacerdote indio de Goa, Joseph Vaz , subrayó que «además de suministrar los sacramentos, con frecuencia de modo clandestino, ayudaba a todos los necesitados de cualquier religión y condición social, sin discriminación alguna».

Recordó también que el objetivo principal de su viaje a Filipinas fue visitar a los supervivientes y damnificados por el supertifón « Yolanda » en Tacloban, donde, «por desgracia, el mal tiempo causó otra víctima inocente, la joven voluntaria Kristel, golpeada y fallecida por la caída de una estructura derribada por el viento».

El Papa invitó a los peregrinos a rezar juntos por los muertos, heridos y damnificados en la violencia desencadenada el pasado fin de semana en Níger como protesta contra las nuevas caricaturas de Mahoma publicadas por un semanario satírico francés.

Francisco denunció que «se han cometido brutalidades contra los niños y contra las iglesias», e invitó a todos a rezar «por la reconciliación y la paz, para que el sentimiento religioso nunca se convierta en motivo de violencia, abusos y destrucción. ¡No se puede hacer la guerra en nombre de Dios!».

El Papa mostraba todavía las secuelas de cansancio acumulado en ocho días de viaje agotador a Sri Lanka y Filipinas, pero también su buen humor habitual, manifestado en sonrisas y bromas con los peregrinos.