El Vaticano «descubre» cientos de millones de euros al centralizar su contabilidad

En un artículo publicado en la revista británica «Catholic Herald», el cardenal australiano explica que la consolidación de los balances de las 200 entidades dependientes de la Santa Sede –departamentos de la Curia, basílicas, academias, hospitales, santuarios, etc.- avanza a buen paso».

Las reservas que cada organismo mantenía por separado serán puestas en común, «y la cuestión ahora, es si el Vaticano debe tener tantas reservas».

La reforma administrativo-financiera del Papa Francisco otorga toda la gestión a las secretaria de Economía, presidida por el cardenal Pell , que a su vez seguirá las líneas directrices del Consejo de Economía, presidido por el cardenal alemán Reinhard Marx.

Pell subrayó que el Consejo encargado de las directrices «está formado a mitad por cardenales y obispos y a mitad por laicos expertos de distintos países, con todos los miembros en pie de igualdad».

El cardenal australiano anuncia la creación de la última pieza que faltaba del esquema: «A primeros de año se nombrará el Auditor General, que responderá solo ante el Papa, y tendrá autonomía para auditar todos los departamentos del Vaticano en cualquier comento. Será un laico».

El IOR dejará de ser el Banco del Vaticano pues «se ocupará solo del dinero de las diócesis, órdenes religiosas y empleados del Vaticano».

El verdadero banco del Vaticano pasará a ser la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), que a su vez cede el control de edificios y cartera a la nueva Gestión de Patrimonio Vaticano.

El cardenal Pell está seguro de que se eliminarán los escándalos y que «las agencias de finanzas del Vaticano será aburridamente eficaces, y no merecerán mucha atención de la prensa».