ébola en españa
Los sanitarios del Carlos III se colocan el traje de protección con el capuz por fuera
No es incorrecto, defienden desde la empresa proveedora de los trajes, solo es un método distinto al procedimiento usual. «Pero si el capuz va por encima o por debajo del buzo, es indiferente porque protege igual»
La colocación del traje de protección frente al ébola sigue embarcada en un rumbo de controversia continua. Las imágenes captadas por los fotógrafos que llevan apostados hace justo una semana -cuando se supo del positivo de una auxiliar de enfermería por ébola en Alcorcón- en las faldas del hospital madrileño Carlos III prueban que algo se hace de forma distinta en la colocación de los trajes. Un ejemplo: el capuz blanco sigue colocándose por fuera del buzo, pero «no es incorrecto -defienden los expertos- solo es un método distinto al procedimiento usual. «Si el capuz va por encima o por debajo del buzo es indiferente porque protege igual», defienden desde la empresa responsable de su suministro en España , Ramos STS.
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Con asiduidad, e buzo debe colocarse primero por el tren inferior, después van las calzas o cubrebotas, el capuz, la mascarilla, las gafas... y así hasta cubrir cada parte del cuerpo sobre la ropa y calzado propios. Sin embargo, y pese a que desde la empresa radicada en Villaverde, Armando Ramos ha desgranado el procedimiento -tal y como ABC.es detalló gráficamente en este vídeo y también en páginas del rotativo - las imágenes demuestran que en el Carlos III el procedimiento que se sigue es distinto y se coloca el capuz por dentro del buzo amarillo. En términos visuales y pragmáticos, se puede resumir en que el elemento blanco debe ir colocado y bien cubierto por el amarillo, de manera que en el desvestido la parte externa -en contacto permanente con el virus dentro de la habitación de un paciente- es la primera que se extrae. Como explicó Ramos a este periódico, enfundado en primera persona en la piel del equipo, se sigue el «método de cáscara de plátano» para reducir las posibilidades de una infección, aunque el proceso es complejo y requiere extremar el cuidado.
Dentro de la habitación de Teresa Romero
No es menos cierto que la mayoría de las instantáneas que trascienden del Carlos III corresponden a técnicos-sanitarios y facultativos que atienden a personas que se encuentran bajo observación, que por el momento están asintomáticos (hasta que venza el plazo preceptivo de 21 días bajo observación y se pueda inferir categóricamente que no padecen el virus) y por lo tanto, no estarían en condiciones de transmitir la patología en esta fase. No obstante, las imágenes que difundió el pasado sábado la agencia Reuters de las personas que están entrando en la habitación de Teresa Romero -auxiliar de enfermería que, cabe recordar, se contagió tras haber estado expuesta en la persona del misionero berciano Manuel García Viejo- demuestran que se opta por llevar el traje con el capuz por fuera.
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