El Papa aplaude en Albania la «confianza mutua entre católicos, ortodoxos y musulmanes»

Las primeras palabras del Papa en Albania, el primer país europeo al que viaja, fueron de aplauso por la «pacífica convivencia» y la «confianza mutua entre católicos, ortodoxos y musulmanes». La pequeña nación balcánica, de mayoría musulmana es, en este terreno, un ejemplo para el mundo.

En su discurso al presidente Bujar Nishani y las autoridades civiles en el Palacio Presidencial de Tirana, el Papa subrayó que esta convivencia «tiene un relieve especial en este tiempo en que grupos extremistas distorsionan el auténtico sentido religioso e instrumentalizan las diferencias convirtiéndolas en peligroso factor de choque y violencia». Aunque, siguiendo la norma de los discursos papales, no mencionó explícitamente al Estado Islámico, el caso más grave de fanatismo criminal en estos momentos estaba en la mente de todos.

El Santo Padre insistió en que esta convivencia entre personas de distintas religiones «es un valor que hay que custodiar y aumentar cada día educando al respeto de las diferencias y de las respectivas identidades abiertas al diálogo y la colaboración para el bien de todos».

Los nacionalismos y los fanatismos religiosos han convertido los Balcanes en un infierno en numerosas ocasiones. La última guerra, la del Kosovo, terminó hace sólo quince años. Por eso Albania, la patria de Madre Teresa de Calcuta y país europeo de mayoría musulmana, es un ejemplo muy valioso.

El Papa Francisco recordó la heroína nacional y también el viaje de san Juan Pablo II a Albania en 1993. Con palabras del Papa polaco, volvió a pedir «globalización de la solidaridad» para evitar que el mercado global cause desequilibrios innecesarios y destrozos insensatos del medio ambiente.