Finge una violenta pelea con varios motoristas para pedir matrimonio a su novia
Un vídeo subido a YouTube muestra cómo un joven prepara un complicado escenario para tratar de llevar al altar a su novia
Toda preparación es poca cuando quieres pedir matrimonio a tu novia . Eso es lo que debió pensar el chico que, como puede verse en un vídeo subido esta semana a YouTube a pesar de haber sido grabado en 2010 (y en alemán, para quien ... quiera escucarlo), ha logrado convertirse en menos de siete días en viral con casi cinco millones de visitas. El protagonista preparó un complicado y peligroso escenario para hacer la gran pregunta a su pareja mientras ésta estaba aterrada de miedo.
La situación, como muestra el cortometraje, comienza con las imágenes de dos motoristas ataviados que, en una plácida tarde, pasean por el asfalto de Rusia . Sin embargo, repentinamente se encuentran con un coche que les obstruye el paso. Lejos de esquivarlo y continuar su camino, ponen sus motos frente al vehículo para impedirle el paso y, con actitud violenta, piden al conductor que se baje para «discutir».
Una vez fuera del coche, los motoristas se encaran con el chico, cuya novia se encuentra en el asiento del copiloto. Con el paso de los segundos, la situación se caldea hasta límites insospechados (de hecho, hacen su entrada en escena varios hombres dispuestos, según parece, a dar una buena paliza al joven). Instantes después, comienzan los violentos empujones contra el conductor. Todo hace presagiar un final atroz.
Los minutos pasan y, en un intento desesperado de calmar la situación, la chica baja del coche y trata de hablar con uno de los asaltantes. Sin embargo, en ese momento, el chico saca de su bolsillo un anillo y se arrodilla ante ella para pedirle matrimonio. Los motoristas, descubierta la «broma», aplauden felices y uno, incluso, acerca un ramo de flores a la futura esposa. Y es que, todo era un teatro preparado al milímetro. No es posible saber si la mujer respondió afirmativamente aunque, viendo las molestias que se tomó su amado para lograr el «sí quiero», no sería de extrañar.
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