Los refrescos, con todas las sustancias nocivas indicadas en su etiqueta

La mayoría de los británicos (60%) están a favor de esta iniciativa, según una reciente encuesta realizada por la BBC. "Es más, un 70% de la población apoyaría prohibir las bebidas azucaradas en los colegios o limitar la cantidad de azúcar permitida en ciertos alimentos", explica Capewell. Y es que los padres están cada vez más preocupados por el sobrepeso que puedan tener sus hijos, la obesidad infantil y por las enfermedades del corazón.

Además cada día tienen más claro que el azúcar es un factor clave en todo este problema de salud, por lo que las políticas de Estados Unidos y Reino Unido están poniendo sus esfuerzos en revertir las tendencias de obesidad de su población, según comenta el profesor.

Por su parte, la industria se está moviendo de manera positiva. Una de las mayores cadenas de supermercados en Reino Unido, 'Tesco', ha pedido a todos los proveedores que eliminen los azúcares añadidos de los refrescos para niños; mientras que el otro gigante alimenticio, 'Asda', ha señalado que "la innovación es fundamental para ofrecer productos saludables a nuestros clientes".

Según el profesor Capewell, esta propuesta representa un "experimento interesante" para luchar contra la obesidad infantil. De hecho, recuerda que California está a punto de aprobar una nueva ley sanitaria que exigirá poner etiquetas de advertencia en las máquinas expendedoras de refrescos y multará con hasta 500 dólares (unos 367 euros) a aquellas empresas que no las implanten.