El Papa Francisco pide que san Juan Pablo II y san Juan XXIII ayuden a «profundizar en la pertenencia al Pueblo santo de Dios»

La audiencia general, con más de cien mil peregrinos fue realzada por el sol, la alegría y la música de varias bandas juveniles. En realidad, continuaba la fiesta de la canonización , ya que muchos polacos, norteamericanos y argentinos han prolongado su estancia en Roma.

En su catequesis semanal, el Papa habló del don de entendimiento, que no es la capacidad intelectual natural sino «una gracia que el Espíritu Santo infunde en nosotros y que nos hace capaces de entender el pensamiento de Dios y su plan de salvación».

El Santo Padrea aclaró que ese don no otorga «el conocimiento pleno de Dios, pero sí que el Espíritu nos va introduciendo en su intimidad, haciéndonos partícipes del designio de amor con el que teje nuestra historia».

Es un fenómeno similar al de los dos discípulos que regresaban tristes a Emaús después de la muerte del Señor, y sólo consiguieron reconocerle cuando partió el pan. De modo similar, «el Espíritu Santo, con este don, abre nuestros ojos, incapaces por sí solos de reconocer a Jesús, dando de este modo una nueva luz de esperanza a nuestra existencia».

El Papa tenía aspecto cansado al cabo de varios días de sobrecarga de trabajo en torno a la canonización . Desde el lunes hasta el miércoles ha mantenido reuniones continuas mañana y tarde con el consejo de ocho cardenales de los cinco continentes que le ayudan en la laboriosa reforma de la Curia vaticana .