El Papa invita a revivir la experiencia del «encuentro personal con Jesucristo»

La misa nocturna de la vigilia de la Pascua tuvo un carácter intimista y solemne a la vez. En su homilía, el Papa hablaba en tono muy dulce para personas que habían tenido una experiencia de “encuentro personal con Jesucristo”, como la de los Apóstoles en las orillas del lago Tiberíades.

Comentando “el mandato de ir a Galilea, que las mujeres habían oído dos veces, primero del Ángel y después de Jesús mismo”, el Papa explicaba que “volver a Galilea significa sobre todo volver allí, a ese punto incandescente en que la gracia de Dios me tocó al comienzo del camino”.

Después de una homilía con sabor autobiográfico, el Papa impartió el bautismo y la confirmación a diez catecúmenos de edades y nacionalidades variadas que se habían estado preparando en los últimos meses. El más joven era un italiano de siete años y el mayor un vietnamita de 58. Había también personas de Bielorrusia, Senegal, Líbano y Francia.

Además de los fieles que llenaban la basílica, muchas personas seguían la ceremonia en las pantallas gigantes de la plaza de San Pedro. En su mayoría eran peregrinos de medio mundo que habían participado la noche del viernes en el Vía Crucis nocturno del Coliseo, una de las ceremonias más sugestivas de la Semana Santa.

El Santo Padre celebrará este domingo la misa del Domingo de Pascua en la plaza de San Pedro e impartirá a mediodía la bendición “Urbi et Orbi”.