¿A qué hora cenan en el resto del mundo?

España, «ese país donde se cena a las 22.00 horas»

Hace unos días, un reportaje del diario estadounidense «The New York Times» situaba a España de nuevo en la picota por algunas de sus costumbres civilizadas. Los británicos del «Telegraph» nos habían puesto en el ojo del huracán por la castiza siesta, y el rotativo de Estados Unidos no mostraba misericordia hacia otro de los hábitos, el de sentarse a hacer la última comida del día. El nuestro es «ese país de la siesta y donde uno cena a partir de las 22.00 horas», para el periodista Jim Yardley que suscribía el reportaje en el que, para más inri, comenzaba dibujando a los ciudadanos españoles, sobre todo los jóvenes, postrados alrededor de un cubilete de cervezas y un partido de fútbol en la pantalla.Al margen de tópicos, falsos mitos o imágenes peyorativas al radiografiar a un país por completo a partir de una escena, lo cierto es que las costumbres van por regiones y así se demuestra en el momento de la cena. España es, con mucho, uno de los países, que más demoran ese instante y se pueden encontrar los restaurantes abiertos prácticamente hasta la medianoche, aunque las cocinas de algunos locales cierran antes. Comprueba aquí cómo lo hacen en parte del mundo gracias a un completo repaso de los corresponsales de ABC Borja Bergareche, Pablo M. Díez, Manuel M. Cascante, Carmen de Carlos, Javier Ansorena, Enrique Serbeto, Eduardo S. Molano, Juan Pedro Quiñonero, Ángel Gómez Fuentes, Emili J. Blasco, José-Pablo Jofré, Belén Rodrigo, Rafael M. Mañueco y Begoña Castiella.

Temprano en EE.UU.: a las 18.00-19.00 horas

Emili J. Blasco, corresponsal de ABC en Washington, informa de que en Estados Unidos la hora de la cena es habitualmente entre las 18.00 y las 19.00 de la tarde. En las grandes conurbaciones puede demorarse algo por el tiempo que llevan los desplazamientos al salir del trabajo, pero la mayor parte del país se pone temprano a la mesa, especialmente en el gran territorio del medio oeste. Ahí, al ir una o dos horas por detrás de la costa este, muchas rutinas avanzan sus horarios para no perder coordinación con la actividad que viene marcada por Nueva York, Boston, Filadelfia o Washington.

En el caso de la capital estadounidense, con un «downtonwn» dominado por la función administrativa de los departamentos ministeriales y con poca actividad comercial o financiera, los restaurantes son bastante estrictos en sus horarios de cierre; es difícil encontrar alguno que acepte comensales más allá de las 23.00 horas de la noche.Una excepción en la nación estadounidense es Nueva York, desde donde el corresponsal Javier Ansorena completa que los bares más «tardones» cierran a las cuatro o cinco de la mañana. Excepto para salir de juerga, es verdad eso de «la ciudad que nunca duerme». Siempre hay un «deli» o una «bodega» abierta a cualquier hora para comprar casi cualquier cosa. Y comer no es una excepción: hay restaurantes, «diners», locales de pizza a un dólar la porción, puestos callejeros (desde tacos a comida árabe) o cadenas de comida rápida que nunca bajan la persiana. Se ve a gente cenando desde las cinco de la tarde hasta las seis de la mañana. Como señalan ambos, la Gran Manzana no puede contar como muestra de los hábitos de los estadounidenses. Es la cena la única comida en la que se puede esperar cierta «formalidad»: que se reúna la familia, alrededor de la mesa, con plato y cubiertos. El resto del día, lo habitual es tomar un café en la calle, picotear algo delante del ordenador, escaparse a por un bocadillo o sorber una sopa en un descanso del trabajo. Normalmente, en soledad.

Argentina: sin norma horaria para «comer» (que es la cena)

Buenos Aires tiene por norma, para cenar, que no hay norma. Dicho de otro modo, esta gran ciudad no se ajusta a horarios tradicionales para sentarse a la mesa a «comer», expresión que habitualmente se refiere, exclusivamente, a cenar. El almuerzo se reconoce con éste termino, de tal modo que si alguien te invita a «comer» se sobreentiende que es por la noche, informa Carmen de Carlos desde la capital argentina.

Dicho esto, lo más frecuente es reservar a partir de las nueve o nueve y media e incluso las diez de la noche. Pero en la capital de Argentina, cosmopolita y con una intensa vida nocturna, no son pocos los restaurantes donde se puede cenar a las doce de la noche. La rica actividad cultural de teatros, espectáculos y cines –especialmente en la zona de la avenida Corrientes y aledañas- sirve en bandeja que los restaurantes dispongan de horarios flexibles hasta de madrugada.

En el vecino Portugal, a las 20.00, la hora del telediario

En el vecino Portugal, Belén Rodrigo atestigua cómo en los hogares lusos el horario más generalizado para cenar es el de las 20.00 horas, cuando comienza el telediario. Hay incluso quien la adelanta un poco, sobre todo personas mayores y los niños que se acuestan pronto por los colegios. Y los que se ven obligados a atrasarla porque entre salir del trabajo y llegar a casa, estar a las ocho sentado en la mesa no es tarea fácil, en especial los que viven en la zona de Lisboa. Si hablamos de salir a cenar fuera los horarios se retrasan un poco y es más común reservar a las 21.00 horas.

Los restaurantes, poco a poco, han ido ampliando el horario de cocina, obligados por los hábitos de algunos turistas, entre ellos los españoles, de cenar más tarde. Ya son muchos restaurantes en los que se puede cenar hasta las 23.00 o las 0.00 horas, pero vale la pena ser precavido y confirmarlo antes, porque otros cierran cocina a las 22.00 horas. Los que más público tienen logran realizar dos tandas de cenas, una con reservas a las 20.00 y otra a las 23.00 horas.

Como curiosidad, cenar en portugués se dice «jantar» pero existe la palabra «ceia» que se utiliza para la cena de Navidad y para lo que picas antes de ir a dormir, normalmente algo ligero.

En Grecia, almuerzos y cenas también tardías

Desde Atenas, Begoña Castiella remarca que, como en España, en Grecia también se almuerza y se cena tarde. Los griegos se despiertan pronto, los horarios de oficina son el año entero hasta las tres o cuatro de la tarde y, cuando no se trabaja, lo normal es almorzar hacia las 14.30 horas. La cena es siempre a partir de las 21.30, pero lo más frecuente es cenar fuera a partir de las diez de la noche. Las cocinas de los restaurantes suelen estar abiertas hasta pasadas las 23.30 horas y después siguen abiertos muchos locales donde se ofrecen ensaladas, pinchos morunos (los populares suvlakis) y todo tipo de bocadillos y bebidas.

Gracias a los muchos turistas que visitan el país todo el año, se puede almorzar y cenar horas antes en las zonas más visitadas por los extranjeros: es frecuente ver a grupos escandinavos o asiáticos a mediodía o a las 18.30 horas de la tarde comiendo tan a gusto cuando los griegos están a la misma hora disfrutando su café.

En Francia, hora «ecuménica»: a las ocho en la mesa

En Francia, la hora «ecuménica» de la cena son las ocho de la noche. Se puede cenar antes y después, en casa o en el restaurante, pero son raras y minoritarias las cenas convencionales más allá de las once, informa Juan Pedro Quiñonero desde París.

Los grandes telediarios se emiten entre las siete y las ocho de la noche. Antes y después, los programas de entretenimiento «amueblan» la hora que sigue o precede a la cena.

La inmensa mayoría de las cenas familiares o domésticas, solitarias o en pareja, comienzan en torno a las 20.00 horas y es raro que comiencen después de las 21.00. Ese es el horario más tradicional entre los restaurantes, que no terminan su servicio antes de las once o doce de la noche. Aunque los restaurantes comienzan a vaciarse y preparar el cierre a esa hora.

Alemania: entre las 17.00 y las 19.00 por la falta de luz

José-Pablo Jofré, corresponsal en Berlín, informa de que la cena en Alemania, que tiene infinidad de nombres («abendmahlzeit», «abendbrot» «brotzeit»; en alemán suizo «nachtessen», «znacht», «vesper» y en austriaco «nachtmahl»), es como en España la última comida del día. Y no es a las 22.00 horas, entre otras razones por lo madrugadores que son los alemanes (la falta de luz solar obliga). El alimento caliente y el más importante se come a mediodía. El desayuno también es importante en cantidad por lo que la cena se vuelve una comida bastante liviana, y fría: abendbrot significa «pan de la tarde»; tradicionalmente: pan negro, queso, embutidos, cerveza. Ahora, los tiempos cambian: muchas familias han optado por jornadas intensivas cortas de mañana, lo que transforma a la cena en la comida principal y social que se realiza entre las 17.00 y 19.00 horas. Cenar fuera no es costumbre en las grandes ciudades que a la vez reciben más turistas y donde los restaurantes están abiertos hasta más tarde: 21.00 o a veces hasta las 22.00. En regiones que no son turísticas es difícil encontrar un restaurante abierto después de las ocho de la tarde.

El sur de Italia también la retrasa hasta las 21.00 horas

Las horas de cena varían en Italia: en el norte la tendencia es a las 19.30-20-00 mientras que en el sur se retrasa en torno una hora. La misma costumbre tienen los restaurantes: en el norte es mejor no llegar después de las 21.30 horas, mientras que en el sur el horario se alarga hasta las 22.30 horas, informa Ángel Gómez Fuentes desde Roma.

Obviamente, en lugares muy turísticos hay más flexibilidad. En Roma, por ejemplo, se puede cenar hasta las once. A partir de esta hora es raro encontrar lugares abiertos, salvo locales muy especializados donde se permite cenar hasta la medianoche.

China: cenas tempranas y restaurantes 24 horas

Pablo M. Díez, corresponsal en Pekín, informa de que en China, como en el resto de países de Asia excepto la India, la hora de la cena suele ser a las ocho de la tarde, a veces incluso antes. Así ocurre, por ejemplo, en los pueblos y entre las personas de avanzada edad, que cenan a partir de las cinco o seis de la tarde porque a las nueve o diez de la noche ya están en la cama para levantarse al día siguiente a las cinco o seis de la mañana.

Pero eso no significa que en las grandes ciudades chinas no se pueda cenar hasta altas horas de la madrugada. Aunque la mayoría de los restaurantes dejan de servir comida a las diez de la noche, que es cuando muchos españoles empiezan a cenar, abundan los locales que permanecen abiertos toda la noche, a los que suelen acudir numerosos clientes después de salir por bares y discotecas para amortiguar con un buen desayuno los efectos del alcohol.

En Pekín, el más famoso es Jin Ding Xuan, un histórico pabellón de madera de cuatro plantas junto al Templo de los Lamas que sirve el delicioso «dim sum» cantonés. Con sus farolillos rojos, la legendaria calle de los Fantasmas («Gui Jie») también está abarrotada de ruidosos restaurantes que abren las 24 horas, a los que acuden los noctámbulos de la ciudad en busca de sus tradicionales «hot pot», una especie de «fondue» mongola donde se hierven todo tipo de carnes, pescado y verduras, y sus pinchitos de Xinjiang.

Bélgica: imposible encontrar un local abierto a las 22.00

En Bruselas es prácticamente imposible encontrar un restaurante abierto a las 22.00 horas de la noche. Y si está abierto, será imposible que todavía acepten nuevos comensales, ni siquiera en las zonas turísticas, informa el corresponsal de este periódico en la capital belga, Enrique Serbeto. En general, el horario de comidas de los belgas se rige en relación a los horarios laborales y escolares. Es muy frecuente que la comida sea a las 12.00 horas (o antes). Como excepción, teniendo en cuenta que hay funcionarios de todos los países, en los restaurantes de las instituciones europeas las puertas de entrada se cierran a las 14.15 y si a las 14.30 horas queda alguien sentado, probablemente sean españoles.

Teniendo en cuenta que los belgas comen tan pronto, la cena no puede ser tan tarde como en España. Se puede decir que cenan al ritmo de los atascos: la hora punta empieza a las 17.00, a la salida de la mayoría de las oficinas, bancos y entidades oficiales y en cuanto llegan a casa después del atasco se ponen a preparar la cena. A la mesa a las siete a más tardar.

Gran Bretaña: cocinas cerradas en Londres a las 22.00 horas

Diez de la noche. Falta una hora para la hora de cierre de la mayoría de los bares. Y un buen rato para que suenen las primeras campanas de las últimas rondas. En los pubs británicos se puede beber sin problema hasta las once, o la medianoche en los que estiran sus horarios. Pero, en los que sirven comidas, las cocinas se cierran a las diez. Y no sirve llegar como una cenicienta hambrienta unos minutos antes de la hora mágica a la que el «New York Times» dice que se cena en España. Si alguien busca una hamburguesa, tripa de cerdo o el más clásico «fish&chips» pasadas las 21.45 horas de la noche se arriesga a tener que contentarse con una pinta de Guinness y una bolsa de patatas como único sustento, informa el corresponsal de ABC Borja Bergareche desde la capital británica.

Los británicos salen de trabajar, en general, entre las cinco y las seis. Quedan para beber, a menudo más que para cenar, en el momento llamado «after work» (después del curro). Empiezan a beber pronto, terminan pronto, se acuestan pronto y se levantan pronto. En Londres, transformada en una década en una gran capital cosmopolita, se puede cenar a cualquier hora. A los poco previsores, el sistema de reservas de un restaurante de moda les dará opciones un viernes para las cinco o las once de la noche. Los pubs cierran, pero la ciudad bulle. Y siempre queda además el sofisticado arte de las comidas preparadas de supermercado, que abren a menudo hasta las diez, la medianoche o, incluso, 24 horas.

Fuera de la capital y de las dinámicas urbanas, es difícil encontrar algo abierto -por lo general- más allá de las cinco y media de la tarde. Para las seis las familias o las personas mayores están cenando. El «prime time» en televisión es de ocho a diez de la noche. Más allá, en la calle quedan los animales de granja, algún borracho y, dicen, los druidas.

México: capital con 20 millones de habitantes sin horario fijo

Manuel Martínez Cascante, corresponsal en México y Centroamérica, informa de la dificultad de fijar en una ciudad como México D.F. que alberga a veinte millones de habitantes horarios fijos para comer o cenar. No existen. México es casi como Nueva York: los restaurantes abren en la capital mexicana a las 7 de la mañana y cierran a la 1.00 de la madrugada, servicio continuo.

Kenia, cena tras la puesta de sol

Ante la herencia anglosajona y debido a la temprana puesta de sol durante todo el año, la cena en Kenia suele llevarse a cabo entre las 19.00 y 20.00 horas de la tarde. Sin embargo, gracias a la afluencia de turistas y expatriados, buena parte de establecimientos de ciudades como la capital, Nairobi, continúan sirviendo comida durante la noche.

De igual modo, son comunes los puestos callejeros de comida hasta altas horas de la madrugada, informa Eduardo S. Molano, corresponsal en Nairobi.

En Rusia no más tarde de las 21.00 horas

Rusia es un país en donde se cena habitualmente no más tarde de las nueve, informa Rafael M. Mañueco, corresponsal de ABC en Moscú. Salvo los viernes y sábados, cuando la última ingestión de alimentos de la jornada puede tener lugar algo más tarde de lo corriente, sobre todo si se hace en un restaurante. Sigue todavía vigente la costumbre adquirida en la época soviética de acudir en fin de semana a una sala de espectáculos hacia las nueve y prolongar la velada hasta después de las doce de la noche comiendo, bailando, escuchando música o contemplando los espectáculos de variedades que se ofrecen en la programación del establecimiento.

En las ciudades rusas de provincias, en días laborables, es difícil encontrar un comedor abierto después de la diez, aunque siempre hay alguno. Moscú, sin embargo, y en parte también San Petersburgo, se diferencian del resto del país con una oferta gastronómica nocturna amplia y variada. Existen muchos locales abiertos más allá de la media noche durante todos los días de la semana y no pocos que ofrecen comidas las 24 horas del día. Eso sí, se encuentran por lo general en el centro de la ciudad o en las zonas de moda del extrarradio.