Benedicto XVI reaparece en la ceremonia de entrega de birretas a los nuevos cardenales

El Papa emérito fue recibido en la basílica con un gran aplauso y tomó asiento, vestido con su abrigo blanco, en el primer lugar de honor de los cardenales asistentes, al lado del patriarca maronita Bechara Rai. Mostraba buen aspecto, aunque se le nota la edad y camino sólo a pasitos muy cortos.

Cuando el Papa Francisco entró en la basílica para presidir la ceremonia, lo primero que hizo fue ir a saludar a su predecesor con un abrazo y unas palabras de cariño.

En su discurso en nombre de los nuevos cardenales, el secretario de Estado Pietro Parolin dijo que “saludamos también, con el mismo afecto y veneración al Papa emérito, Benedicto XVI, alegres por su presencia en medio de nosotros”.

La basílica entera estalló de nuevo en un emocionado aplauso mientras el Papa Francisco sonreía muy complacido, viendo el momento de ligera vergüenza de su predecesor, un extraordinario ejemplo de humildad.

En su homilía, el Papa dijo a los 16 nuevos cardenales electores y los tres nuevos cardenales mayores de ochenta años –entre los que figura el español Fernando Sebastián, arzobispo emérito de Pamplona-, que “la Iglesia necesita vuestra colaboración, vuestra comunión, vuestro valor, vuestro testimonio y vuestra compasión”.

El Santo Padre manifestó “cercanía espiritual” a “todos los cristianos que sufren discriminación y persecución”. Al margen del texto escrito añadió con fuerza: “¡Debemos luchar contra toda discriminación!”.

Acto seguido impuso la birreta de color púrpura y el anillo a los nuevos cardenales, empezando por los cuatro de la Curia vaticana: el secretario de Estado, Pietro Parolin; el secretario del Sínodo de Obispos, Lorenzo Baldisseri; el prefecto de la Doctrina de la Fe, Gerhard Ludwig Müller; y el prefecto de la Congregación del Clero, Beniamino Stella. Los dos nuevos purpurados europeos son Vincent Nichols, arzobispo de Westminster, y Gualtiero Bassetti, arzobispo de Perugia.

Provienen de América los arzobispos de Managua, Jose Brenes Solórzano; de Quebec, Cyprien Lacroix; de Río de Janeiro, Orani Joao Tempesta; de Buenos Aires, Marco Aurelio Poli; de Santiago de Chile, Ricardo Ezzati; y de Les Cayes (Haití), Chibly Langlois.

Los nuevos cardenales africanos son los arzobispos de Abidjan, Jean-Pierre Kutwa; y de Ouagadougou, Philippe Nakellentuba Ouédraogo. La lista se completa con dos asiáticos: el arzobispo de Seúl, Andrew Yeom Soo jung, y el de Cotabato (Filipinas), Orlando Quevedo.

El más veterano de los tres cardenales honorarios, Loris Capovilla, de 98 años, no pudo asistir a la ceremonia y recibirá la birreta dentro de unos días en Sotto il Monte, el pueblecito natal de Juan XXIII, donde vive habitualmente.

Participaron, en cambio, el español Fernando Sebastián, y el caribeño Kelvin Edward Félix, arzobispo emérito de Castries (Santa Lucia). La delegación española estuvo encabezada por el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, acompañado del embajador español ante la Santa Sede, Eduardo Gutierrez Sáenz de Buruaga, el secretario de Estado para Europa, Iñigo Méndez de Vigo, y el vicepresidente del Parlamento Europeo, Jaime mayor Oreja, entre otras personalidades.