Del vertedero al Auditorio Nacional
La célebre Orquesta de Instrumentos Reciclados de Paraguay ofrece el 5 de enero en Madrid, con el apoyo de ABC, su primer concierto en España
susana oviedo
Sus instrumentos no relucen como los que se obtienen en una tienda de música, pero suenan parecido a estos. Están hechos de objetos reciclados de la basura domiciliaria que por toneladas se depositan y procesan a diario en el vertedero Cateura de ... la capital paraguaya. Junto a este sitio se encuentra el Bañado Sur, comunidad de familias que conforman el cinturón de pobreza de Asunción, en la zona inundable de la ribera del río que lleva el nombre del país.
El responsable de transformar trozos de madera , tenedores descartados, placas de rayos equis, latas de dulces, aceites, bandejas de horno, cacharros de aluminio o un caño de desagüe en una flauta, un violín, un tambor, una guitarra o un bajo, es un poblador de la comunidad: Nicolás Gómez.
Él se inició en el oficio de lutier estimulado por un proyecto del trabajador social y profesor de música, Favio Hernán Chávez, quien se propuso desafiar a la pobreza reinante en el Bañado Sur. De allí son los niños, adolescentes y jóvenes de la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura , que en estos momentos es la de mayor fama nacional e internacional del país, pese a no contar con la antigüedad y prestigio de la Sinfónica de Asunción ni los recursos e instrumentos de la Orquesta del Congreso Nacional.
Sus integrantes estables son 30, con edades de entre 10 y 21 años, que van rotando para las actuaciones, de modo que todos tengan la oportunidad de viajar. Sobre todo, si tienen que tocar en el exterior. Interpretan música clásica, paraguaya, temas de los Beatles, cumbia colombiana o bossa nova. El próximo 5 de enero ofrecerán en el Auditorio Nacional de Madrid su primer concierto en España, y por la tarde participarán en la Cabalgata de Reyes. Antes, los días 3 y 4 tomarán parte en un taller dirigido a niños, organizado por el Ayuntamiento de Madrid, donde se les enseñará a reciclar instrumentos.
La Orquesta de Instrumentos Reciclados es el producto más exitoso de un proyecto cultural y social ante las adversidades de una comunidad que sobrevive de la pesca, el reciclado de basura y diversos otros trabajos informales. Algunos de sus habitantes también lo hacen del contrabando y de la venta del «crack», un derivado de la cocaína de costo muy accesible.
Unos comienzos difíciles
«Me causaba pena ver cómo los niños y jóvenes, por falta de oportunidades, eran atraídos hacia la marginalidad, la delincuencia y las drogas. Pensé que debía hacer algo para ayudarles», relata los comienzos el maestro y director, recordando cuando en 2006 llegó al Bañado Sur para trabajar en un programa de reciclado que impulsaba una ONG.
Favio se propuso entonces crear una escuela de música, pero tropezó con el problema de la falta de recursos. Los instrumentos musicales resultaban inalcanzables para los padres de los chicos, ya que apenas ganaban para el sustento diario, trabajando en el reciclado de basura, la gran mayoría.
Cuando su objetivo parecía cada vez más inalcanzable, un día, uno de los recicladores (gancheros, le dicen) del vertedero halló un viejo violín en medio de la basura. Resultó ser Nicolás Gómez, quien con ayuda de Favio logró reparar lo que sería el primer instrumento musical reciclado y el inicio de una nueva carrera para ambos. El primero, como fabricante y reparador de instrumentos, y el segundo, como maestro de música y director de una orquesta muy particular.
Donde se presenta, la agrupación completa o parte de ella, deja el contundente mensaje de que cuando hay voluntad, talento y creatividad, hasta la basura puede transformarse en arte. «Aquí un violín cuesta más que cualquier casa donde los chicos viven. Por eso nos propusimos construir instrumentos musicales con objetos reciclados de la basura, para que tengan algo con qué aprender», recuerda el maestro. En esa época, reconoce, no pensaban siquiera en formar una orquesta y menos que esta se convertiría en una atracción mundial.
Todos los miércoles ensayan en el centro educativo Vy’a Rendá, expresión en idioma guaraní que significa «el lugar de la alegría». Los sábados, los miembros de la orquesta y el director Favio se encuentran de nuevo, pero para dictar clases a alrededor de 70 muchachos y chicas del barrio con ganas de aprender música. «Yo no sé si la música les permitirá salir o no de la pobreza, pero les está abriendo oportunidades que de otro modo no encontrarían», resalta. Y vaya que sí, el fin de semana último parte de los jóvenes músicos tocaron en Tokyo y en Osaka (Japón).
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