Juan José Fernández Ramos: «La entrada de la sanidad privada en la gestión de la pública es un camino irrenunciable»

-El galardón le reconoce como el gerente más innovador. ¿Qué queda por inventar en gestión sanitaria?

-Todo. Si no hay capacidad para tener cierto nivel de inconformismo, para pensar que se puede mejorar lo que se hace cada día, entonces tenemos un problema. A mí esto me preocupa especialmente. Siempre creo que se puede reexplorar la forma de gestionar a tu equipo, de atender a los pacientes. Lo único que hay que tener claro es que en el centro de todas las decisiones debe estar el paciente.

-¿Y esto es fácil cuando también se busca la rentabilidad de un hospital?

-Sí es muy fácil. Hay que definir los procesos pensando que tú eres el enfermo. Algo tan poco amable como un hospital debe intentar convertirse en algo agradable. Nosotros hemos apostado por un servicio muy potente de atención al paciente con profesionales vestidos de rojo que personalizan la asistencia. Ellos son los lazarillos asistenciales de nuestros pacientes.

-Pero en muchos centros ya existe ese personal que informa a lo pacientes

-Sí, pero no con la dimensión que nosotros le damos. Ellos personalizan la asistencia y hacen que el paciente esté perfectamente atendido y la familia informada. Cuando selecciono un « chaqueta roja » les digo que quiero que si mi hija llega con una pierna rota no sólo piensen en atenderla a ella bien, sino que se acuerden de que yo estoy agobiado, fuera, y sin información ninguna. Eso sucede en la mayor parte de los hospitales de este país, en Moncloa no. Todos los profesionales que llegan a nuestro hospital reciben también un manual de estilo, donde se explican cosas tan simples como que al paciente se le debe llamar de usted.

-Me habla de formas, pero un enfermo también busca la última tecnología y la realización de todas las pruebas para llegar al mejor diagnóstico. ¿Eso también es rentable en una empresa privada?

-Este hospital es la cabecera tecnológica del grupo de hospitales de Asisa de toda España. Nuestros procedimientos no son baratos y somos un hospital rentable. No tenemos por qué no serlo.

-¿Es un error afirmar que la rentabilidad de un centro está reñida con una buena atención?

-Sí. Además de nuestros pacientes asegurados llevamos la lista de espera de pacientes públicos de Castilla-La Mancha, Madrid, Extremadura y Castilla y León. Cuanto más volumen de pacientes tienes mayor rentabilidad se obtiene en la explotación de una infraestructura.

-Hay términos, como «negocio» o «cuenta de resultados», que parece que repelen cuando se habla de asistencia sanitaria. ¿Debemos escandalizarnos cuando un hospital gana dinero?

-Yo fui muchos años gestor en la sanidad pública y también buscábamos la eficiencia en la sanidad pública. La eficiencia es comprar al mejor precio posible, pagar a los proveedores y hacer rentable la infraestructura que se ha creado.

-¿Cree que modelos de privatización como el de Madrid o Cataluña son la única vía para facilitar la sostenibilidad de la sanidad pública?

-Cataluña tiene un modelo que culturalmente ha tenido siempre una buena aceptación. Pero no hay que olvidar que las primeras comunidades que empezaron a experimentar en ese terreno fue Andalucía con sus empresas públicas y Galicia con sus fundaciones. Después los valencianos generaron un modelo de gestión que, al menos, ha intentado controlar el gasto y dar el máximo posible de cartera de servicios.

-Insisto ¿y esta es la mejor vía para mantener la sanidad pública?

-Creo que la entrada de la gestión privada en la sanidad pública es un camino irrenunciable. La sanidad pública debe definir primero cuál es la cartera de servicios (tratamientos y atención que cubre la sanidad pública) que quiere. Se debería escalonar de lo más imprescindible a lo más prescindible y decidir cuánto dinero se destina.

-¿Qué tratamientos podrían eliminarse de un plumazo?

-No hay nada que se pueda eliminar de un plumazo. Pero hay tratamientos en los que el paciente podría coparticipar en su financiación con un copago . Está claro que hay que hacer prestación en parto pero no sé si hay que hacerlo en el cambio de sexo. O que se debe cubrir la cirugía plástica reparadora de gran calado y no sé si hay que hacer cirugía plástica de otro tipo.

-Pero esto último no se hace, salvo la cirugía reparadora tras un cáncer de mama, ¿o me equivoco?

-Salvo que se justifique que el problema estético supone un gran trauma para el paciente y entonces se hace… A mí me gustaría que todo fuera gratis, pero no nos lo podemos permitir como país. Ni nosotros ni ningún lugar del mundo. Mi hospital ha exportado su modelo de gestión a Guinea Ecuatorial, Panamá, Chile y Marruecos. Fuera nos dicen que quieren nuestro modelo pero no el gratis para todos y colaboramos con gobiernos políticos de diferentes colores.

-¿El aborto también debería ser uno de esos tratamientos copagados?

-Si el aborto es fruto de una violación o un abuso no deseado yo creo que debería ser financiado públicamente. Si la interrupción de la gestación forma parte de otro tipo de consideraciones debería ser copagado.