Papa Francisco: «El creyente es… ¡un atleta del espíritu!»
Pide un aplauso para la misionera italiana asesinada en Nigeria
Papa Francisco: «El creyente es… ¡un atleta del espíritu!»
Para entender la revolución del Papa Francisco basta asomarse un domingo a la plaza de San Pedro . Hoy al mediodía, ante cien mil personas reunidas para el rezo del Ángelus, el Papa saludó a los chiquillos que habían participado en la prueba ... atlética «Cien metros de carrera de la fe» en la Vía de la Conciliación , y les dio las gracias «por recordarnos que el creyente es… ¡un atleta del espíritu! ¡Muchas gracias!».
Los chiquillos, todavía con sus dorsales, aplaudían al Papa con el mismo entusiasmo que sus padres. Era un domingo de fiesta especial gracias, sencillamente, a una carrera de relevos (como la imagen de una de las cartas de san Pablo) en la Vía de la Conciliación, antes del Ángelus .
Los encuentros con Francisco tienen un carácter amistoso, familiar, pero sin que el Papa deje de plantear cuestiones incómodas para cada uno de los que le escuchan. En esta caso, la referencia a la lucha contra «el mal que esta fuera y el que está dentro de nosotros».
Las personas especializadas en fustigar el «mal exterior» no entienden a Francisco, y a veces le critican. En cambio, los peregrinos manifestaban plena sintonía con el Papa aplaudiendo su referencia a que «nuestra arma es la oración, que nos hace sentir su presencia, su misericordia, su ayuda».
El Papa invitó a imitar el ejemplo de plegaria insistente de la viuda del Evangelio con «una oración perseverante que manifiesta la fe en un Dios que nos llama a combatir junto con Él cada día y cada momento, para vencer el mal con el bien».
Francisco hace ver una y otra vez que la violencia, tanto la física como la intelectual es incompatible con el cristianismo. Con motivo de la Jornada Misionera Mundial recordó que «la misión de la Iglesia no es el proselitismo», en la línea de convencer gente para que se aliste sin más, al estilo de los grupos políticos o de los vendedores de suscripciones, «sino difundir en el mundo la llama de la fe que da calor al alma. La fe en un Dios que es Padre, Amor, Misericordia».
El Papa tuvo un recuerdo para «los misioneros y las misioneras», de modo especial «la italiana Afra Martinelli , que ha trabajado tantos años en Nigeria y ha sido asesinada hace unos días durante un robo. Han llorado por ella todos, los cristianos y los musulmanes. La querían mucho».
El cariño de cristianos y musulmanes de debe, según el Papa a que Afra Martinelli, «anunciaba el Evangelio con su vida, con su obra: un centro de instrucción. Así difundía la llama de la fe». Emocionado, el Santo Padre pidió a todos «un aplauso para esta hermana nuestra». La ovación de los cien mil fieles fue impresionante.
Poco antes del Ángelus, durante la carrera infantil organizada por el Pontificio Consejo de la Cultura, el vicesecretario, Melchor Sanchez de Toca , había sido entrevistado en directo para los cien mil fieles reunidos en la plaza, que podían ver al sacerdote español vestido con un chándal blanco y amarillo vaticano.
Sanchez de Toca hizo una referencia a un sacerdote mártir de la mafia siciliana, Pino Puglisi, beatificado el 25 de mayo en Palermo. El padre Puglisi organizaba partidos de futbol para evitar que los chavales cayesen en manos de la mafia como mano de obra barata. En su recuerdo de Puglisi no hubo rencor ni acusaciones contra los asesinos, como tampoco lo hubo en el recuerdo de la misionera italiana por parte del Papa.
El Santo Padre se gana los corazones y la atención del mundo entero porque no se obsesiona con lo negativo sino que, una y otra vez, se apoya en lo positivo.
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