«Vuelta al cole» de segunda mano

La cultura del reciclaje gana terreno año a año en unas aulas donde cada vez hay menos alumnos que se reencuentran con las clases con material «de estreno». El mercado de la segunda mano, que empezó hace unos años con el intercambio de libros (actualmente son muchas ya las asociaciones y las páginas web que se dedican a esta actividad) ha calado profundamente entre los progenitores, que además de reciclar el material lectivo , se han apuntado a recuperar todo lo recuperable, empezando por el material escolar y acabando incluso por los uniformes.

Uniformes de segunda mano

El deseo de ahorro es tal, que las familias han agudizado el ingenio creando las denominadas «bolsas de uniforme» , o lo que es lo mismo, colectivos de madres que voluntariamente recogen uniformes usados, los cosen y recuperan: en definitiva, les dan una segunda vida.

La iniciativa se está generalizando en muchos centros públicos y concertados españoles, según indican a ABC portavoces de la Confederación de Padres de Alumnos (Cofapa) . «Las madres recogen suéters y pantalones de uniformes desgastados por el uso, los cosen y les remiendan las zonas rotas para después venderlos a un precio puramente testimonial, de menos de cinco euros», explican las citadas fuentes de Cofapa.

Esta iniciativa puede suponer un ahorro importante para los padres, ya que pasan de pagar unos 20 euros por un jersey en un gran almacén a unos cinco euros. También hay webs que se dedican a remendar y reciclar uniformes de segunda mano y venderlos . Es el caso de «Uniformesdecole.es» , una iniciativa on-line encabezada por tres madres que permite obtener todo el inventario textil para el curso por la mitad del precio real.

Otra fórmula que se ha extendido para amortiguar la sacudida de septiembre en las arcas familiares es «comprar el uniforme» en los establecimientos que ofrecen precios más ajustados . Para ello, los padres se sirven del boca a oreja. «Adquirir un uniforme en un gran almacén o en una tienda céntrica puede suponer el desembolso de entre 70 y 80 euros, mientras que en una tienda modesta la indumentaria sale por unos 30 euros», asegura una de las familias consultadas por este diario.

Libros de lectura y actividades, por separado

La presión ejercida por las familias ha hecho también que las editoriales se senbilicen con la coyuntura y comercialicen libros que ofrecen por separado el cuaderno de lectura y el de actividades . «Antes cuando todo formaba parte del mismo libro lo garabateaban y no lo podían aprovechar los hermanos», aseguran portavoces de la Cofapa.

Otro gasto que preocupa a las familias es el del comedor escolar , cuyo coste medio es de seis euros diarios (unos 60 mensuales), tres si el alumno viene con tartera. No obstante, aún son pocos los colegios que ofrecen esta última opción por los costes y riesgos asociados. «Se necesita controlar muy bien los alimentos y que haya una vigilancia, que con el incremento del IVA se ha encarecido mucho», denuncian. Por esa misma razón, acaban siendo los padres los que de manera altruista se turnan para vigilar el comedor y ahorrarse algo del coste adicional.

En cuanto al material escolar, las asociaciones de padres insisten en hacer calar en los hijos la idea de que estrenar cada año no es posible . Por ello, cada vez son menos los alumnos que aterrizan en las aulas con mochila, cuadernos, bolígrafos y estuches relucientes. Los mecanismos de ahorro son múltiples y se generalizan a medida que persiste la crisis. En la vuelta al cole, se impone la segunda mano.