La acumulación de agua radiactiva mina la descontaminación de Fukushima

Con tres de ellos que no pueden ser retirados porque están fundidos total o parcialmente , la planta se enfrenta a una nueva emergencia por la acumulación del agua radioactiva lo que está minando los trabajos de descontaminación, presupuestados en 11.000 millones de dólares (8.293 millones de euros). Para mantenerlos estables por debajo de 100 grados, los técnicos los riegan constantemente y el agua, contaminada por la radiación, se está embalsando en sus sótanos. A un ritmo de una piscina olímpica de agua radiactiva llenándose cada semana y con los depósitos al límite, la eléctrica que gestiona la planta, Tepco, ha pedido al Gobierno nipón permiso para efectuar al Océano Pacífico nuevos vertidos con bajos niveles tóxicos .

La radiación se está filtrando al mar

Hasta ahora, la compañía calcula que ha vertido al mar entre 20 y 40 billones de becquerelios de tritio radiactivo , otro componente químico que según Tepco no es tan dañino como el cesio o el estroncio que también ha liberado la planta. Aunque la eléctrica insiste en que dichos niveles se encuentran dentro de los límites legales, tanto el Gobierno de Japón como los pescadores que faenan en aguas cercanas a Fukushima se muestran muy preocupados por la radiación que puede afectar al Pacífico.

A todo ello se suma un nuevo problema detectado durante los últimas días: el agua subterránea que, con dosis de radiación superiores a las permitidas, se está filtrando al mar . Aunque los técnicos habían construido una barrera de contención para mantenerla bajo tierra, el agua ya está saliendo por una grieta y, según el periódico «Asahi Shimbun», brotará a la superficie en un plazo de tres semanas.

Además, las explosiones que sufrió la central nuclear en los días posteriores al tsunami liberaron gran cantidad de yodo y cesio tóxicos, lo que obligó a evacuar un perímetro de 20 kilómetros donde vivían 80.000 personas que no podrán regresar a sus casas durante décadas o, quizás, nunca .