El Papa y Nicolás Maduro abordan los problemas de la pobreza, la criminalidad y el narcotráfico

Cuando ambos se sentaron a conversar, el presidente venezolano le contó que había recibido el domingo en Roma el premio de la FAO a Venezuela «por ser el país que más ha hecho contra el hambre en el mundo en esta década». El Papa le escuchaba con interés y le respondió sencillamente: «Esta bien».

Después de la audiencia del Santo Padre, Nicolás Maduro fue recibido por el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone y el responsable de Asuntos Exteriores, arzobispo Dominique Mamberti.

El comunicado oficial del Vaticano suma siempre los temas abordados en ambas reuniones, sin especificar en cuál de ellas se han tocado cada uno, pero con frecuencia se repiten en los dos encuentros. Según el comunicado, los coloquios abordaron «la situación política y social del país», después de la muerte de Hugo Chávez , y «algunos problemas actuales como la pobreza y la lucha contra la criminalidad y el narcotráfico».

El cardenal arzobispo de Caracas, Jorge Urosa, manifestó hace dos días su esperanza de que el Papa invitase a Maduro a poner fin a sus frecuentes ataques contra la oposición y contra quienes no están de acuerdo con su política. A su vez, en medios vaticanos se esperaba un fuerte llamamiento del Papa al diálogo social, para evitar que la situación del país vaya a peor.

La Santa Sede destacaba entre los temas abordados «la decisiva contribución de la Iglesia católica en el terreno de la caridad, la asistencia sanitaria y la educación».

Los comunicados son siempre muy «diplomáticos», para no molestar nunca al mandatario visitante, pero el texto dice con toda claridad que «ambas partes coincidieron en la necesidad de un diálogo sincero y constante entre la conferencia episcopal y el Estado, para el desarrollo de toda la nación».

Una litografía de Bolívar como regalo

Al final del encuentro privado entre el Papa y Maduro, el presidente le regaló un cuadro de la Virgen de Coromoto, una litografía de Simón Bolívar , una constitución venezolana y una estatua del médico José Gregorio Hernández (1864-1919), actualmente en proceso de beatificación.

Además de entregar una medalla del Pontificado y un rosario a cada miembro de la delegación, el Santo Padre obsequió a Maduro con una pluma estilográfica, así como un sencillo volumen del documento final de la última reunión de los obispos latinoamericanos en Aparecida, aconsejándole que fuese al índice para «leer los capítulos que más le interesen». El presidente lo agradeció y comento que «está muy bien encuadernado».

Como despedida, Maduro le pidió la bendición y el Papa Francisco le hizo la señal de la cruz en la frente.