La Generalitat mueve hilos en Roma para buscar un relevo catalanista a Sistach

Preparando el terreno, y ante el futuro relevo del cardenal-arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, la Generalitat estaría moviendo hilos para lograr que su sustituto responda a un perfil catalanista que no se sienta incómodo con el proceso soberanista. De alguna manera, el gobierno catalán pretende mantener, o acaso incrementar el perfil catalanista sobre la línea expresada de manera más o menos mayoritaria por la Iglesia en esta comunidad, y que tiene en la figura de Sistach, bien valorado por el ejecutivo autonómico, su máximo representante.

Con este propósito, Artur Mas ha encargado a su vicepresidenta, la democristiana Joan Ortega (UDC), que establezca contactos con responsables de órdenes religiosas en Roma para tratar de influir en la Santa Sede cuando llegue el momento de buscar un relevo a Sistach, que ya ha superado la edad de jubilación.

Según fuentes del gobierno catalán, la vicepresidenta Ortega viajó a Roma a principios de abril para entrevistarse con religiosos catalanes con capacidad de influencia en el Vaticano, informa Efe. Según las fuentes consultadas, Ortega, que entre otras competencias se encarga de los asuntos religiosos del Govern, se entrevistó con catalanes bien posicionados de órdenes religiosas como la de los jesuitas, a la que pertenece el nuevo Papa, con objeto de influir y sugerir nombres.

Del mismo modo que en los viajes de Mas a Bruselas el vacío ha sido total cuando se ha intentado contactar con figuras políticas relevantes, los contactos directos con el Papa Francisco, reservados a jefes de Estado, o incluso con miembros destacados de la Curia son imposibles para la emisaria de una comunidad autónoma. No obstante, el ejecutivo catalán confía en que sus gestiones tengan efecto.

Como presidente que se define como católico practicante, coaligado su partido, CDC, con otro de definición cristiana, UDC, Artur Mas otorga en el momento actual una gran relevancia a tener a la Iglesia de su parte, muy en la línea de una tradición política, la que históricamente ha representado Jordi Pujol, que considera indisoluble la cuestión nacional de la práctica cristiana.

Aunque la elección del Papa Francisco hace prever que el relevo de Sistach pueda demorarse, el gobierno catalán mueve ya sus piezas, sabedor también de que la elección de un sustituto que no responda estrictamente al perfil catalanista se interpretaría como una amonestación del Vaticano al proceso. En este contexto, y pese al pronunciamiento unánime de la Conferencia Episcopal Tarraconense defendiendo los postulados soberanistas, reflejado en el documento emitido el pasado mes de octubre, el ejecutivo de Mas sabe que en el seno de la iglesia catalana hay muchos matices.

Así, entre los posibles candidatos, sobresale el obispo de Terrassa, José Ángel Saiz Meneses, que junto a los obispos de Tortosa, Sant Feliu y Vic, se ha mantenido al margen de las posturas nacionalistas. En el otro extremo, y como opción de quienes quieren reforzar la línea más nacionalista, se señala sobre todo al abad de Montserrat, Josep Maria Soler, y al actual obispo auxiliar de Barcelona, Sebastià Taltavull. También dentro de los hipotéticos sustitutos con perfil catalanista, el obispo de Urgell, Joan Enric Vives.