«La historia de los españoles en Florida no se puede cambiar»
Los organizadores del V centenario del descubrimiento de Ponce de León defiende las conmemoraciones sin rehuir el debate sobre lo que algunos tachan de «genocidio»

Cuando Juan Ponce de León arribó a las costas de Florida hace 500 años, aquel territorio no estaba despoblado: en torno a 350.000 nativos habitaban la península. El encuentro entre estos dos mundos en las tierras que ahora llamamos Estados Unidos no fue siempre amistoso. Las celebraciones del quinto centenario de la llegada de los españoles no dejan de lado los conflictos que desencadenó este hito histórico. «La historia no la podemos cambiar, pero podemos aprender de ella», resumía ayer Kerry Post, la responsable de «Viva Florida», la entidad encargada de coordinador los actos conmemorativos.
Post pronunciaba estas palabras durante un acto frente a una estatua de Ponce de León situada en la plaza de la Constitución de San Agustín, la primera ciudad de Estados Unidos, fundada por los españoles en 1565. Detrás de la estatua, un grupo de manifestantes portaban pancartas en las que calificaban de «genocidio» la llegada de los españoles a Norteamérica y gritaban «asesinos».
El alcalde de San Agustín, Joseph Boles, aprovechó precisamente para destacar que la protesta era una muestra de la «diversidad» de Florida y de respeto a la libertad. Bowles defendió la conmemoración de los hechos tal como sucedieron. «Nos tomamos la historia seriamente», dijo el alcalde, que también advirtió de que ahora no la podemos alterar.
«Hubo muchas cosas buenas y malas», dijo también Dana St.Claire, coordinador de los actos del 450 aniversario de la ciudad, que se cumplirá en 2015. Según recalcó, «la historia no la podemos cambiar: es historia».
El secretario de estado de Florida, Ken Detzner, indicó, en declaraciones a ABC que el quinto centenario del desembarco de Ponce de León busca también «recordar a los nativos americanos».
«Nos tomamos la historia seriamente», dijo el alcalde de San Agustín, Joseph Bowles
Desde el principio, los encuentros de Ponce de León con la población nativa de Florida estuvieron marcadas por el conflicto. De hecho, el propio Ponce murió en 1521 a consecuencia de una herida causada durante su segundo viaje a la península por un flechazo de los «calusa». Sin embargo, a lo largo de los tres siglos en que los españoles permanecieron en Florida, las relaciones pasaron por momentos muy diferentes en los que llegó a haber un alto grado de asimilación por los nativos de la cultura española. Felipe II impulsó la evangelización de las nuevas tierras mucho antes de que los puritanos ingleses llegaron a bordo del Mayflower a Plymouth (Massachusetts) en 1620. Los jesuitas primero y los franciscanos después, con más éxito, pusieron en marcha la evangelización de Florida, que supuso la conversión al cristinianismo de miles de miembros de las tribus que habitaban estas tierras.
Precisamente, así lo recordó ayer el obispo de Birmingham (Alabama), Robert J. Bakeren, en su homilía durante la misa con la que se conmemoró la llegada de los españoles en 1513. Con ellos trajeron la fe cristina y dejaron una «herencia religiosa» que ha perdurado hasta nuestros días. Además, recordó el trato humanitario que los franciscanos daban en la red de misiones que establecieron en Florida.
El recuerdo a Ponce de León estuvo muy presente durante la ceremonia religiosa. En ella se bendijo la réplica de la pila donde fue bautizado el descubridor, un regalo enviado desde su pueblo natal, Santervás de Campos (Valladolid). El alcalde de esta pequeña localidad de Tierra de Campos, Santiago Baeza, estuvo presente en los actos de ayer y destacó la donación de la pila como un «símbolo de amistad» entre Santervás y San Agustín.
Florida concentra estos días una multitud inabarcable de actos con motivo de los 500 años de su descubrimiento por los españoles. Entre los numerosos eventos que se celebran, ayer se presentó un sello especial del servicio postal de Estados Unidos que conmemora el V centenario, consistente en un «collage» de flores de colores. «Desde 1513, Florida es un destino para soñadores», destacó la vicepresidenta del área de operaciones para la zona sur del U.S. Postal Service, JoAnn Feindt.
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