Los invitados «pobres» del Papa
Uno de los líderes de los «cartoneros» de Buenos Aires, el director del programa educativo «Escuela de vecinos»; y la hermana misionera Ana Rosa, entre los asistentes VIP
juan vicente boo
Siguiendo al pie de la letra la petición del Papa de no venir a Roma sino dedicar ese dinero a ayudar a los necesitados, su hermana Maria Elena se quedó en Buenos Aires, segura de que un encuentro no va a tardar.
Pero este ... martes Francisco no estuvo solo. Tenía tres invitados: Sergio Sánchez, uno de los líderes de los «cartoneros» de Buenos Aires; José María del Corral, director del programa educativo «Escuela de vecinos»; y la hermana Ana Rosa, misionera en Tailandia, prima segunda del Papa. Los tres estuvieron muy cerca del altar durante la ceremonia.
En el Vaticano causó fuerte impacto el líder de los «cartoneros», las personas sin empleo que se ganan la vida recogiendo cartón y periódicos para reciclar. Sergio Sánchez explicó que «somos el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y nos organizamos para superar la exclusión social de los cartoneros y los trabajadores esclavos. Somos unas cuatro mil personas que recuperamos materiales reciclables».
Como el cardenal Bergoglio celebraba la misa para ellos, «nosotros le seguimos a todos lados. Siempre ha luchado públicamente por la inclusión social». Al término de la ceremonia el líder «cartonero» estaba emocionado pues «le saludé antes que los presidentes porque éramos como su familia, y él nos saludó como a su familia».
El profesor Jose María del Corral, dirige la «Escuela de vecinos», que complementa la educación de las aulas y ayuda a la integración religiosa y racial. Según Corral, «empezamos juntando a un grupo de 70 jóvenes de escuelas judías, musulmanas, ortodoxas, evangélicas, católicas, estatales y privadas. Montamos la primera escuela para que aprendiesen a convivir con el prójimo, el de al lado, como dice la tradición judía del Talmud».
En ese marco, «los chicos empezaron a sacar el problema de la droga, de la violencia, y nosotros les enseñamos cómo cambiar eso. Y terminaron presentando un proyecto de ley a los diputados, que hoy es ley vigente en la Argentina».
Jose María del Corral reconoce que Francisco «nos dijo que no vengamos, pero yo en algunas cosas no le hago caso. Cuando nos encontramos, de pronto, a la salida del ascensor, nos abrazamos. Yo le pregunté, ¿Cómo te llamo ahora? Y me dijo ¿Pues cómo me vas a llamar? ¡Jorge! Y me eché a llorar».
La hermana Ana Rosa, de las Hijas de Maria Auxiliadora, es misionera en Tailandia, y solo veía a su primo segundo de vez en cuando en la capital argentina. La simpática religiosa salesiana, explica que el nuevo Papa «es una persona muy humilde y muy austera. Cada vez que voy a Buenos Aires, voy a visitarlo. Siempre me dice: reza por mí y haz rezar a las religiosas ancianas. ¡Ahora le hará muchísima más falta!».
La hermana Ana Rosa cuenta que «cuando el Papa me vio, me dijo: ¿Pero qué haces aquí? ¡Has venido! Ha sido emocionante poder hablarle y estar sentada al lado del altar». Los tres invitados del Papa causaron sorpresa. Otra más, después de la de haber ido a celebrar la misa del domingo a la parroquia de los empleados del Vaticano. Francisco rompe moldes.
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