Por sus símbolos lo conoceréis

El lema que eligió Jorge Mario Bergoglio como obispo de Buenos Aires es «Miserando atque eligendo», una referencia a la Homilia 21 de San Beda el Venerable, un monje benedictino del siglo VII que hizo numerosos comentarios a las escrituras. En este pasaje se narra la llamada de Jesús al apóstol Mateo, un publicano que era considerado un pecador público y que se dedicaba a la recaudación de impuestos. La frase latina se traduce exactamente por «mirándolo con misericordia lo eligió». Una cita que quiere destacar, como explica el comentario de San Beda y nos confirma el profesor de Teología de la Universidad de Navarra Juan Antonio Gil Tamayo, que Jesús utilizó «ojos misericordiosos ante el pecado» e hizo una «llamada a Mateo a imitarle con las obras».

Gil Tamayo cita una anédota «curiosa» para ilustrar esta preocupación del nuevo Papa por la misericordia. «Ayer, cuando el Pontífice se acercó a la Basílica de Santa María la Mayor en Roma. les dijo a las personas que pudieron saludarle: "ser misericordiosos"». El lema también es una referencia a él mismo, que fue mirado y elegido «con misericordia por el Señor». Primero, para el cargo episcopal; y ahora, para el cargo papal. «Caminos en los que tiene que imitarle con la misericordia», afirma Gil Tamayo.

Esta elección crea la impresión, según el profesor de la Universidad de Navarra, de que el Papa es un hombre «cercano, un pastor que busca a las ovejas con cariño». Lo que hace presente, por tanto, a la figura de Jesús. Una cercanía acompañada por la sencillez, un rasgo que quedó patente en la misa que ofició ayer en la Capilla Sixtina ante los cardenales. «Una homilía en la que ha hablado de confesar a Cristo y de edificar la Iglesia, ello apoyado en Cristo crucificado», razona Gil Tamayo. «Una gran sencillez, en definitiva, a la hora de predicar».

Por otro lado, el escudo de Jorge Mario Bergoglio refleja su identidad: deja claro que se trata de un obispo jesuita. ¿Por qué? Porque el sol, que representa a Cristo, con las siglas IHS (Jesús) y los clavos son un símbolo de la Compañía de Jesús, a la que pertenece Jorge Mario Bergoglio. Los demás elementos vuelven a reflejar la sencillez del nuevo Papa. Tanto las uvas, que hacen alusión a la Eucaristía, como la estrella, una referencia a la Virgen María. «Ha demostrado desde el primer momento ser una persona de una gran devoción a la Virgen», explica el profesor de la Universidad de Navarra. Dos mensajes que también estaban presentes en el escudo de Juan Pablo II a través de la cruz y la letra «M».

Ahora, el Papa Francisco tiene que decidir si, como hicieron sus dos predecesores, conserva la base de su escudo, al que habrá que añadir los ajustes gráficos solemnes que exige el emblema papal.