La silenciosa estancia del Papa en Madrid
Bergoglio vivió durante seis meses en la residencia jesuita de Alcalá de Henares. Le recuerdan como un compañero amable y tímido
tatiana g. rivas
No esperaba la comunidad jesuita de la residencia San Ignacio de Loyola de Alcalá de Henares escuchar desde la Basílica de San Pedro el nombre de un antiguo sacerdote que terminó la formación en sus estancias. Los 60 curas y hermanos que viven en esta ... residencia –con una media de 80 años de edad– se repartieron en la tarde del miércoles por distintas salas con televisor para no perder detalle de la proclamación del nuevo Pontífice.
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«Jorge Mario Bergoglio», retumbaron los altavoces. «Bergoglio no es un apellido cualquiera. No podía ser otro más que el argentino que estuvo conviviendo con nosotros durante seis meses en 1971», cuenta con una tímida sonrisa el hermano José María Ucendo, de 85 años, que fue cocinero de este lugar desde 1968 hasta hace poco. Ucendo recuerda de Bergoglio: «Su amabilidad y que era un buen jesuita. De los más fervorosos.Muy buena gente».
Un mes sin palabras
Con gusto y henchido de satisfacción, el superior de esta residencia, Enrique Climent, que no tuvo el gusto de conocer a su «humilde» excompañero, muestra las instalaciones por las que el nuevo Papa decidió terminar su formación en la Compañía de Jesús, la Tercera Aprobación. «Esa fase es una escuela de afecto. Nada académico, sino de corazón. Una experiencia renovante», explicaCliment.
Este sube a la primera planta. Accede a un pasillo que da a las habitaciones de los residentes. Cada una apenas tiene ocho metros cuadrados, con baño incluido, y sin aparatos electrónicos. «Los cuartos se remodelaron. Eran similares cuando Bergoglio durmió aquí. Tenían una cama, una silla y una mesa. Pero en vez de tarima había ladrillo frío y los baños eran compartidos», relata.
Escapada al Bernabéu
No quedan anécdotas para el recuerdo de Francisco I en esta santa casa. «De los meses que pasó, uno estuvo en silencio, dedicado a los cuatro rezos diarios, tal y como marca la Tertiam Probationem. No era un “showman”, sino más bien tímido», detalla Climent. Lo que no pasó desapercibida fue su afición por el fútbol . «Eligió Alcalá de Henares por su gran raigambre a San Ignacio. Hizo muchas visitas culturales y entre ellas seguro que se escapó algún día que otro al Santiago Bernabéu», apostilla el superior. El «tour» continúa por el archivo, donde se encuentra el tomo donde quedó registrado Bergoglio; el comedor; la biblioteca; tres de sus seis capillas. «La Iglesia está igual que cuando él estuvo aquí», matiza Climent frente al altar.
Desde la residencia de San Ignacio tienen pensado enviar una carta a Su Santidad para, «cuando su agenda lo permita», detalla el superior, «vuelva a recorrer con nosotros estas instalaciones y Alcalá de Henares».
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