Los primeros gestos del Papa Francisco
Oró por Benedicto XVI y se inclinó ante la multitud que abarrotaba la plaza de San Pedro a la que pidió que rezaran por él
«Por sus obras les conoceréis» dice el Evangelio de San Mateo (7, 15-20) y los primeros gestos del cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio como Papa han estado cargados de significado.
Sin la vistosa muceta roja
Fue la primera sorpresa cuando salió al balcón central de la Basílica de San Pedro. El nuevo Papa vestía una simple sotana blanca, con un cuello ancho.
Sin la cruz pectoral de oro
En su pecho no llevaba la cruz de oro habitual en los Papas sino sencilla de plata o de metal. El portavoz adjunto del Vaticano José María Gil Tamayo señalaba ayer que podría ser su cruz de obispo.
Un saludo algo tímido
No levantó los brazos en su primer saludo a los fieles. Apareció como un hombre tímido, saludando ligeramente con la mano derecha.
«Fratelli e sorelle, buona sera»
«Hermanos y hermanas, buenas tardes». Sus primeras palabras fueron sencillas, pero cálidas.
Buen humor
Con su sonrisa y el humor de sus primeras palabras se ganó a la multitud: «El Cónclave tenía el deber de dar un nuevo obispo a Roma. Da la impresión de que mis hermanos cardenales hayan ido a buscarlo casi al fin del mundo... Pero estamos aquí... Gracias por la hospitalidad»
Pide rezar por Benedicto XVI
Tras su saludo inicial, sorprendió a todos encabezando una oración por Benedicto XVI, «nuestro» obispo emérito, como si fuera un romano más
«Y ahora comenzamos nuestro camino. Obispo y pueblo»
Directo y sencillo, sorprendió con su primer discurso en el que pidió caminar «juntos, en hermandad, amor y confianza recíproca»
Inclinado ante los fieles
La sorpresa fue en aumento cuando pidió un favor a los fieles y así lo dijo: «Antes de daros la bendición os pido un favor. Antes de que el obispo bendiga al pueblo os pido que vosotros recéis al Señor para que me bendiga». Y tras sus palabras, que fueron recibidas con un fuerte aplauso, se inclinó durante unos instantes ante los congregados en la Plaza de San Pedro tras insistir: «Hagamos en silencio esta oración de vosotros por mí».
Una bendición «para todos los hombres y mujeres de buena voluntad»
Así dio paso a su primera bendición «Urbi et Orbi»
Un minuto más
Ya parecía que se había despedido de los fieles pidiendo de nuevo que rezaran por él y con un «hasta pronto», pero ante la invitación a abandonar el balcón, insistió en quedarse para enviar su último mensaje
«Buenas noches y buen reposo»
Su despedida fue tan franca como su saludo, apuntando el primer acto de su agenda de hoy: «Nos vemos pronto. Mañana quiero ir a rezar a la Virgen para que custodie toda Roma. ¡Buenas noches y buen reposo!»
Francisco
El nombre que adopta para su Papado también rompió moldes. Ha elegido uno sencillo que evoca la pobreza y humildad de San Francisco de Asís y el empuje evangelizador de San Francisco Javier
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