La historia del cardenal Braz de Aviz: a punto de morir tiroteado en una favela
Cuando era sacerdote en Brasil le secuestraron y le utilizaron como escudo
ROME REPORTS
Brasil es el país con más católicos del mundo y tiene cinco cardenales que pueden votar en el Cónclave. Uno de ellos es Joao Braz de Aviz, tiene 65 años y es miembro del movimiento de los Focolares.
El cardenal sintió la vocación sacerdotal cuando ... era sólo un niño.
A los 36 años fue a ayudar a otro sacerdote y se cruzó con unos jóvenes que estaban atracando un furgón blindado. Joao Braz de Aviz se vio en medio de un tiroteo del que resultó gravemente herido.
El suceso tuvo lugar en 1983, cuando el entonces sacerdote Joao Braz de Aviz era párroco en la Diócesis de Apucarana tras once años como sacerdote. Ese día iba en su coche a ayudar a otro párroco cuando, según relata el ahora cardenal, «a mitad de camino, en un puente vi un coche parado». Se acercó a ellos para ver si necesitaban ayuda, y entonces se dio cuenta de que no eran campesinos sino dos jóvenes armados. A continuación le quitaron las llaves del coche y sin mediar palabra le obligaron a seguirles.
Tras media hora de secuestro apareció un furgón blindado que transportaba dinero en efectivo a los bancos. El cardenal relata cómo los atracadores comenzaron a disparar mientras los guardias también respondían al fuego. «Estaba en el sitio equivocado a la hora equivocada»..
La situación del atraco se bloqueó y los jóvenes vieron al joven sacerdote como su mejor salida. «Me apuntaron a la cara y me dijeron: ve tú a hablar con los policías o te matamos. ¿Qué podía hacer?». Cuando se dirigía hacia la policía, los agentes comenzaron a disparar sobre él.
Decenas de proyectiles impactaron contra su cuerpo. Exactamente 130 de disparos de escopeta que le perforaron un ojo, los pulmones, el intestino y bastantes más partes de su cuerpo. Incapaz de levantare, se quedó quieto en el suelo, lo que le salvó la vida.
Finalmente, aquel joven sacerdote no murió y no se produjeron infecciones graves por los proyectiles en el pulmón o en el intestino. Incluso para gran sorpresa de los médicos consiguió salvar el ojo.
Sin embargo, tras este grave suceso entró durante un tiempo en una especie de periodo de depresión. De hecho, cuenta que «no era capaz ni de salir de casa» hasta un año después del suceso.
Ahora, 30 años después, participaría en la elección del nuevo Pontífice siendo él mismo uno de los candidatos.
En 1994, Juan Pablo II lo nombró obispo de Fenucleta, en Brasil, y en 2004, arzobispo de Brasilia. Es famoso por su cercanía y sus numerosas visitas a las parroquias.
En 2011, Benedicto XVI lo nombró prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada. Durante estos dos años ha visitado muchas comunidades religiosas por todo el mundo para mantener una contacto directo con los religiosos.
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