Tres detenidos en Reino Unido por el escándalo de la carne de caballo

Las detenciones han tenido lugar en la empresa Farmbox Meats cerca de Aberystwyth (Gales) y en el matadero Peter Boddy de Todmorden, en el Oeste de Yorkshire. Ambas explotaciones ya fueron inspeccionadas por la policía el martes, y clausuradas por la Agencia de Seguridad Alimentaria después de que los agentes se llevaran varios documentos y listas de clientes de las instalaciones.

Se cree que el matadero de Yorkshire vendía caballos sacrificados a la planta galesa, que las vendía después como carne de vacuno para la elaboración kebabs y hamburguesas, según los primeros indicios que han trascendido. La BBC cree que el detenido en Inglaterra podría ser Dafydd Raw Rees, dueño del matadero.

El anuncio por las autoridades irlandesas el pasado 15 de enero de que habían encontrado carne de caballo en productos a base de carne de vaca de populares cadenas de supermercados como Aldi o Tesco ha degenerado desde entonces en un escándalo alimentario a nivel europeo. La Comisión Europea ordenaba este miércoles la realización de miles de análisis de ADN para intentar captar la extensión del fenómeno. Y Francia y Alemania también han ordenado, después del Reino Unido y la república vecina, la retirada de varios productos de los supermercados, como lasañas de la marca Findus, salsas boloñesa, hamburguesas o albóndigas.

Se sospecha que el origen de la materia prima equina es Rumanía y Polonia, pero el fraude en el etiquetado podría haber tenido lugar en las operaciones entre un productor francés y una empresa holandesa radicada en Chipre con sede fiscal en un paraíso fiscal británico. Para agravar más la crisis, este mismo jueves las autoridades medioambientales británicas han confirmado que han encontrado t razas de un analgésico veterinario en ocho de las más de 200 muestras de carne de caballo analizadas en las últimas dos semanas.

Por su parte, la comisión de Agricultura y Medio Ambiente ha publicado también este jueves un duro informe sobre el escándalo en el que advierten que «lo conocido hasta ahora no es, probablemente, más que la punta del iceberg». «La escala de la contaminación que ha emergido en la cadena de distribución de la carne es asombrosa», ha declarado Anne McIntosh, presidenta de la influyente comisión parlamentaria.

Las autoridades sanitarias y alimentarias europeas se esfuerzan en asegurar que no existen por ahora riesgos a la salud humana, y cicunscriben el escándalo a un caso de fraude en el etiquetado. Así lo ve el parlamento británico: «Hay indicaciones sólidas de que se ha sustituido de forma intencionada carne de vaca por carne de caballo, lo que nos lleva a concluir que los consumidores británicos han sido engañados cínicamente y sistemáticamente por elementos dentro de la industria alimentaria en busca de mayores márgenes de beneficio». McIntosh se ha referido, por su parte, «a criminales con acceso a la industria alimentaria»