Un parlamento británico dividido da la luz verde a las bodas gays en Inglaterra y Gales
Uno de los proyectos más señalados del «conservadurismo moderno» de David Cameron supera la segunda lectura con más votos «tories» en contra que a favor
borja bergareche
Un parlamento británico dividido ha dado la luz verde al polémico proyecto del gobierno que preside David Cameron para extender el matrimonio en el Reino Unido a las parejas del mismo sexo. La reforma legislativa ha superado la segunda lectura en la Cámara de los ... Comunes en una votación numéricamente cómoda para el gobierno, pero con preocupantes implicaciones políticas para el liderazgo del «premier» en el Partido Conservador tras el voto en contra o la abstención de varias decenas de sus 303 parlamentarios. «Es un paso adelante importante», que hará «más fuerte nuestra sociedad», ha defendido Cameron minutos antes de la votación.
«Apoyamos las bogas gays porque somos conservadores, y no a pesar de serlo»
El proyecto legislativo, que deberá ahora ser debatido y enmendado en comisión antes de superar una tercera lectura en los Comunes y el voto en mayo en la Cámara de los Lores, reconoce el derecho al matrimonio a las parejas homosexuales en Inglaterra y Gales, a la vez que exime a las respectivas iglesias anglicanas de celebrar este tipo de enlaces.
La ministra de Cultura ha defendido que el proyecto protege las libertades religiosas y «no margina a quienes creen que el matrimonio debería ser entre un hombre y una mujer». Aunque el gobierno había dado libertad de voto sobre la cuestión de fondo a sus diputados, varios pesos pesados del Ejecutivo han tenido que salir en los días previos en apoyo de un proyecto muy querido para Cameron, enmarcado dentro de la promesa de «modernización» del partido con la que alcanzó el liderazgo «tory». Pero las primeras estimaciones indican que solo 132 parlamentarios conservadores han votado a favor frente a 139 que habrían votado en contra, de un total de 303
Intento «orwelliano» de cambiar la institución
«El matrimonio ha evolucionado a lo largo del tiempo y creemos que ampliarlo a parejas del mismo sexo reforzará, y no debilitará, la institución», escribían este martes los titulares de Finanzas, George Osborne, Exteriores, William Hague, e Interior, Theresa May. «Apoyamos el matrimonio gay porque somos conservadores, no a pesar de que somos conservadores», anunciaban en una carta publicada este martes por el « Daily Telegraph ». El domingo, el titular de Educación, y referente del ala conservadora, Michael Gove, aseguraba en un artículo en el «Daily Mail» que «denegar el matrimonio a hombres y mujeres gays es un prejuicio».
Pero desde la bancada «tory» han resonado fuertes críticas al proyecto en el primer debate parlamentario sobre la ley, desde que fuera introducida el mes pasado. El veterano Sir Roger Gale ha defendido que «el matrimonio es históricamente la unión entre un hombre y una mujer, y es territorio propio de Alicia en el País de las Maravillas, casi "orwelliano", que cualquier gobierno, del color que sea, intente reescribir el diccionario». Por su parte, David Burrowes, uno de los parlamentarios conservadores que ha liderado la campaña del «No» ha explicado sentirse «no enfadado, pero triste» de que el gobierno haya mantenido el proyecto. Burrowes, padre de seis hijos y conocido por sus fuertes creencias religiosas, ha denunciado haber recibido amenazas de muerte en los días previos al voto. Algunos de sus hijos, según ha denunciado, han sido insultados en clase por tener un padre «homófobo».
El domingo, una veintena de líderes locales del Partido Conservador entregaron en la puerta de la residencia del primer ministro en el 10 de Downing Street una carta en la que exigían a Cameron retrasar una reforma que «causará un daño significativo al Partido Conservador de cara a las elecciones de 2015». El diario «The Times» informaba este sábado que decenas de militantes de base se están dando de baja en muchas agrupaciones locales por su desacuerdo, en lo que el rotativo define como una «revuelta masiva» entre las bases conservadoras. Un clima que explica el voto en contra de varios de los «rebeldes» conservadores.
El 55% de los británicos apoya las bodas gays frente a un 36% que se opone
En el otro lado del debate, el «tory» Stuart Andrew –uno de los diez parlamentarios abiertamente homosexuales que han tomado la palabra en el debate, según algunas estimaciones– ha defendido su deseo de vivir «en una sociedad que no discrimina» y de garantizar «las opciones personales en cuanto al matrimonio y a las libertades religiosas».
Muchos de los jóvenes diputados conservadores aupados al escaño en las elecciones de mayo de 2010 –la generación Cameron– comparten una visión no discriminatoria del matrimonio, y han advertido del riesgo de ser percibidos como retrógrados por una sociedad que defiende las bodas gays. Según el sondeo, publicado este domingo por «The Sunday Times», el 55% de los británicos defiende el matrimonio homosexual frente a un 36% que se opone.
Exención para la Iglesia anglicana
La práctica totalidad de los 57 diputados liberales han defendido la reforma, al igual que las filas laboristas. Desde la oposición, su portavoz Yvette Cooper ha reivindicado que «las parejas que se quieren deberían poder casarse al margen de su género y sexualidad». Sin embargo, el gran escollo jurídico de esta ley tiene que ver con el papel de la Iglesia de Inglaterra como iglesia de Estado en el Reino Unido.
Los anglicanos se oponen con firmeza a un proyecto que «altera la naturaleza intrínseca del matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer», según explican en un extenso documento sobre la cuestión [puedes consultarlo aquí en inglés]. Este mismo lunes, el nuevo arzobispo de Canterbury, Justin Welby , recordaba durante su ceremonia de confirmación que la Iglesia de Inglaterra «ha reiterado varias veces su posición» contraria a la ley del Gobierno.
Con el afán de mitigar la oposición anglicana –que ha hecho llegar un amplio dossier a cada uno de los 650 diputados antes del voto–, el gobierno ha incluido en la ley un «mecanismo cuádruple» para asegurarse que ninguna iglesia que no reconozca el matrimonio homosexual se vea obligado a celebrar este tipo de enlaces. Aunque algunas congregaciones judías o cuáqueras del Reino Unido se han mostrado ya favorables a hacerlo, la ley presume la oposición de las iglesias. Así, establece que clérigos y parroquias solo tendrán la obligación de celebrar matrimonios de personas del mismo sexo una vez que sus iglesias hayan decidido aceptar la igualdad establecida en la ley.
En el caso de los anglicanos de Inglaterra y Gales, el proyecto prohíbe expresamente que celebren enlaces gays, y modifica la Ley de Igualdad de 2010 para evitar, según el gobierno, posibles recursos ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Pero son muchos los que han expresado sus dudas, incluida la propia Iglesia Anglicana, que teme que estos mecanismos de garantía sean fácilmente derrotables en Estrasburgo. «Para la mayoría de nosotros, está claro que esta ley terminará ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos», ha resumido el diputado Gale. La Iglesia de Inglaterra, en cuanto iglesia de Estado, tiene la obligación de aplicar las leyes del parlamento de Westminster, y muchos creen que, de salir adelante, la reforma del matrimonio podría llegar a poner en cuestión este estatus privilegiado de los anglicanos. La iglesia católica, por su parte, se opone igualmente al proyecto.
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