Abren el proceso para retirar el título de doctora a una ministra alemana por plagio
La Universidad de Dusseldorf acuerda poner en marcha una investigación contra la titular de Educación, Anette Schavan

«El Consejo de la Universidad de Dusseldorf ha discutido en detalle los hechos y ha decidido por 14 votos a favor, ninguno en contra y una abstención llevar a cabo una investigación completa». El decano de la Facultad de Filosofía, Bruno Bleckmann, confirmaba así que se inicia el proceso para retirar por plagio el título de doctora a la ministra democristiana alemana de Educación, Anette Schavan. Schavan, de 57 años de edad, ha negado todas las acusaciones, aseverando que es la autora de su tesis doctoral, presentada en 1980, y que tiene la «conciencia tranquila».
El asunto no sólo salpica en año de elecciones a la canciller Angela Merkel, del mismo partido e íntima amiga de la ministra, sino que a toda la coalición gobernante y a su desacreditación ya que existen precedentes: las acusaciones de plagio en la tesis del ex-ministro de Defensa Karl-Theodor zu Guttenberg , también democristiano, le llevaron primero a la dimisión y luego a perder el titulo de doctor.
Entre los dos casos hay, sin embargo, diferencias: la cartera que ocupa Schavan crea una situación mucho más delicada, pues una ministra de Educación bajo sospecha de plagio académico es una figura problemática. Por otro lado, mientras en el caso de Zu Guttenberg el plagio se hizo evidente muy pronto –había párrafos enteros tomados textualmente de otros trabajos– en el de Schavan las opiniones dentro del mundo académico están divididas.
Una comisión académica encontró en la tesis de Schavan procedimientos propios del plagio y una «intención de engañar» y recomendó al consejo superior de la Facultad de Filosofía que abriera un procedimiento para retirarle el título de doctora. Que acaba de decidir a favor. Sin embargo, esta apreciación ha sido rechaza por diversas personalidades y organizaciones del mundo académico. El argumento central de la defensa es que el procedimiento utilizado por Schavan –recurrir a largas paráfrasis de otros trabajos en medio de las cuales sólo se hace una referencia concreta a ellos– era típico de la época en que escribió su tesis.
Hace 30 años no se trabajaba con ordenadores por lo que aquello del corta y pega no era posible. Schavan fue recogiendo su información en fichas bibliográficas que luego transformó en un manuscrito en el que introdujo las notas de pie de página que consideró convenientes y que, en opinión de sus críticos, no fueron suficientes.
Opiniones de más especialistas
La Alianza de Organizaciones Científicas –a la que pertenecen, entre otras instituciones, la Fundación Alexander von Humboldt y la Comunidad Alemana de Investigaciones– ha pedido que en el proceso no se escuche sólo la opinión de la comisión que ya recomendó retirarle el título a Schavan y que se recaben conceptos de especialistas ajenos a la Universidad de Dusseldorf.
Sin embargo, este apoyo es visto con sospecha, ya que la financiación de estas instituciones depende justamente de los fondos que le destine el Ministerio de Educación. Por otro lado, la presidenta de la Comisión de Ciencia del Parlamento Alemán, Ulla Burchardt, ha advertido de que las organizaciones científicas con su intervención está atentando contra la autonomía universitaria.
Tras el caso de Guttenberg, la cacería de plagios académicos perpetrados por personalidades de la política se ha convertido en una especie de deporte en algunos medios universitarios e incluso hay páginas web organizadas por estudiantes dedicadas a detectar posibles engaños. Tras Zu Guttenberg, perdieron sus títulos académicos dos políticas liberales (FDP), Silvana Koch-Mehrin y Margarita Mathiopoulos, así como la hija del conservador bávaro Edmund Stoiber, Veronika Sass.
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