Un nuevo acuífero podría abastecer al Distrito Federal durante el próximo siglo
La escasez de agua es el principal problema al que se enfrenta la capital mexicana, una megaurbe con veinte millones de habitantes

La escasez de agua es el mayor reto al que se enfrentan las autoridades del Distrito Federal, una megaurbe en la que viven más de veinte millones de personas. La solución puede estar a 2.000 metros de profundidad, en un enorme yacimiento de agua que podría abastecer a la capital mexicana durante el próximo siglo.
Las perforaciones que durante año y medio efectuó un equipo de geólogos e ingenieros del Gobierno del D.F. en la delegación Iztapalapa dio como resultado «uno de los mayores éxitos históricos para la ciudad, pues el hallazgo nos indica que estamos ante una gran fuente de agua que nos puede abastecer para más de cien años», declaró a «Reforma» Ramón Aguirre, director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México. «El agua está saliendo casi potable, en mejor calidad de la que esperábamos, ya que se manejaba la hipótesis de que podría venir con muchas sales, pero sólo está alta en hierro, lo cual no es problema pues la potabilización será más fácil», añadió.
El geólogo Federico Mooser detalló que «los registros eléctricos que ha estado enviando el pozo nos indican que la fuente de agua es muy grande, ya que después de los 1.500 metros los indicadores señalaban la presencia de agua sin interrupción».
Aguirre anuncia que su departamento proyecta «abrir 2 o 3 pozos a más de 2,3 kilómetros de profundidad en diversas partes del D.F. para buscar otras fuentes de agua, pues tenemos la evidencia científica de que a ese nivel existe un manto muy potente, tal vez mayor al que se encontró en Iztapalapa».
En el Valle de México los geólogos tienen localizados tres acuíferos: uno superficial a entre 60 y 400 metros de profundidad (actualmente en explotación) y dos más profundos de gran capacidad. Mooser advertía de que «la sobreexplotación de pozos ha generado hundimientos y grietas en el subsuelo del Valle, lo cual ha elevado la vulnerabilidad de la infraestructura urbana. Sin embargo, para que (el nuevo pozo) sea una alternativa sustentable, se deben continuar impulsando en paralelo programas de ahorro, tratamiento y reciclaje de agua». El D.F. tiene en operación 630 pozos, todos sobreexplotados, con un promedio de vida útil de 30 años.
Según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México registra un severo estrés hídrico como consecuencia del crecimiento demográfico y el agotamiento de fuentes naturales de abastecimiento de agua, al tiempo que sus estructuras jurídicas e institucionales limitan las posibilidades de adoptar políticas efectivas para enfrentarlo.
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