Más de 160 ballenas quedan varadas en una playa de Australia

Los voluntarios y expertos movilizados hicieron lo posible por mantener a los cetáceos cómodos y asegurar su supervivencia. Sin embargo, 26 han muerto

Un grupo de orcas lucha por sobrevivir tras quedar atrapado en el hielo en la costa de Japón

Un grupo de ballenas piloto varadas en la costa occidental de Australia EFE

Los bañistas y turistas de la playa de Dunsborough, en el oeste de Australia, presenciaron este jueves con horror cómo alrededor de 160 ballenas piloto quedaban atrapadas en 500 metros aguas someras de Toby Inlet, en la Bahía de Geographe, sin ningún motivo evidente

Rápidamente, voluntarios y expertos en fauna marina se movilizaron e hicieron todo lo posible para rescatar a las ballenas y asegurar su supervivencia. Sin embargo, al menos 26 han muerto.

«Tenemos entendido que hay cuatro grupos de hasta 160 calderones en total repartidos a lo largo de unos 500 metros. Por desgracia, 26 ballenas que quedaron varadas en la playa murieron», declaró un portavoz del Departamento de Biodiversidad, Conservación y Atracciones de Australia Occidental en un comunicado.

Basándose en varamientos anteriores, «estos sucesos suelen dar lugar a que los animales varados tengan que ser sometidos a eutanasia como resultado más humano», explicó el portavoz. En julio del año pasado, más de 50 calderones murieron tras varar en una remota playa de Australia Occidental.

Según la Universidad de Australia Occidental, los calderones son conocidos por sus estrechos vínculos sociales, de modo que cuando uno de ellos tiene problemas y encalla, el resto suele seguirle.

Ian Wiese, un investigador involucrado en la operación y citado por la agencia Reuters, trató de explicar cuál fue el protocolo a seguir en esta ocasión: «Estos eventos son profundamente inquietantes, pero desafortunadamente comunes en nuestras costas. Aunque algunas veces la decisión más compasiva es la eutanasia, nuestro objetivo principal siempre es salvar tantas vidas como sea posible.»

Los voluntarios y expertos movilizados hicieron lo posible por mantener a las ballenas cómodas y asegurar su supervivencia hasta que pudieran ser guiadas de vuelta al océano. El operativo, como medida de control, desplegó un avión para monitorear si las ballenas rescatadas se mantienen alejadas de la costa, con la esperanza de que no regresen a las aguas poco profundas y eviten un nuevo varamiento.

Las autoridades urgieron a los bañistas que quisieron echar una mano a no intervenir en los rescates sin la supervisión de expertos, debido al peligro que representan estos grandes mamíferos cuando están estresados o heridos.

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