Turismo

El visionario que permite viajar en el tiempo a través de la realidad virtual

Marcelo Echevarri
Fundador y CEO de Numinos

Vídeo ABC

Viajar en el tiempo, el sueño de mucha gente que ha inspirado relatos y películas, es posible en Praga (República Checa) y próximamente en Madrid. Y lo es gracias a Marcelo Echevarri, un joven español de 25 años que aterrizó hace siete en la capital checa para estudiar filosofía y cayó cautivado por su pasado medieval.

Para sacar unas perras, Echevarri ejercía como guía turístico. Explicaba con pasión el pasado de las calles y los edificios. Buscaba sumergir a los visitantes y transportarlos diez siglos atrás para que comprendieran qué ocurría y cómo era el germen de una ciudad que la había cautivado. De esa pasión nació la idea de utilizar la realidad virtual como vehículo para viajar al pasado. En compañía de Daniel, Marcelo creó Numinos en marzo de 2022, una start-up que en poco más de un año da trabajo a 11 personas y está valorada en seis millones de dólares.

La afición de Marcelo por los viajes le viene de familia. Nació en Bilbao, pero sus padres han sido siempre muy inquietos, señala. “Desde muy pequeño he viajado mucho. Hemos vivido en Cataluña y en varios países de Hispanoamérica. Y por eso llevo impreso en mi alma el ansia de viajar, así que cuando cumplí 18 años decidí irme a estudiar a Praga”.

En la capital checa conoció a Daniel, que dirigía una empresa turística. Empezaron a trabajar juntos para intentar ofrecer a los turistas algo que fuera más allá de un tour al uso. La idea era sumergir a los turistas y que vivieran y vieran realmente lo que les estaban contando. “El reto era que la gente pudiera viajar en el tiempo y comprender qué había realmente donde ahora vemos unas ruinas”, comenta.

Para conseguirlo han tirado de tecnología, y específicamente de la realidad virtual a través de las gafas 3D. Se trataba de reproducir de forma fidedigna el pasado, así que Marcelo y Daniel reunieron a un grupo de arqueólogos, historiadores y lingüistas junto con informáticos. “Buscamos una simbiosis de humanistas y técnicos para dar vida a la historia”, explica.

La primera experiencia de Numinos se circunscribe a la plaza de la Ciudad Vieja en el corazón de Praga. Reproduce cómo era la judería del año 1590. La técnica, tras el éxito en la capital checa, llegará este otoño a Madrid. La razón de la nueva elección es sencilla, comenta Marcelo: “Primero, porque es nuestra ciudad y, segundo, porque tienen un pasado histórico común con Praga”.

En el caso de Madrid están trabajando para reproducir de forma virtual el primitivo Maŷrit, punto de partida histórico de la ciudad actual, que fue fundado por el emir Muhammad I como bastión militar situado sobre la colina en la que siglos después se construiría el Palacio Real y la catedral de la Almudena. “Maŷrit es el Madrid islámico en el siglo X. Era una pequeña fortificación que es el origen de lo que es ahora una de las ciudades más importantes del mundo”, justifica Marcelo.

La obsesión por recrear el pasado, según explica el CEO de esta start-up, es el camino “que nos tiene que inspirar para hacer algo mejor a futuro. Y esa es la razón de ser del proyecto y cuyo nombre, Numinos, hace referencia al adjetivo numinoso que utilizas para hablar de algo que te sobrecoge, que admiras, que es sublime. Son cosas que inspiran a las personas y las une independientemente de donde sean, qué piensen, qué crean o cuál es su ideología”.

La tecnología que han desarrollado, más allá de ser una herramienta para ocupar un espacio dentro de la industria del turismo, según Marcelo, espera que sea la palanca para que Numinos se convierta en “una de las empresas tecnológico-humanísticas más grandes del mundo. A mí me gustaría que este proyecto, en los próximos cinco o diez años, llegue también a la industria educativa, cultural y del entretenimiento. Es decir que en casa puedas viajar en el tiempo a la Praga del siglo XIV, que en el colegio puedas conocer Roma en el siglo III antes de Cristo y que si estudias Historia del Arte puedas ver las catedrales góticas más importantes de Europa”.

Sobre el futuro del sector turístico señala que es una incógnita “porque es la industria que menos innovación tecnológica ha tenido comparada con el resto de sectores productivos. Creo en dos o tres décadas, el turismo será más divertido, mucho más inesperado y algo completamente diferente de lo que estamos acostumbrados. De la misma forma que nosotros estamos introduciendo un producto que nunca antes había existido y que parece ciencia ficción porque hacemos de los viajes en el tiempo una realidad, pues dentro de 25 años, con todos los avances tecnológicos aplicados al sector, soy incapaz de imaginar cómo puede ser”, argumenta el CEO de Numinos.

La clave de la popularización del turismo a nivel global, según Marcelo ha llegado gracias a las compañías de vuelo low-cost que permite por poco dinero acercarse a conocer los lugares que las redes sociales les están mostrando. “Este fenómeno ha generado el primer boom del turismo. Sin embargo, creo que falta mucho trabajo todavía por hacer”.

Para Marcelo, que ha visitado una treintena de países y que ha vivido en doce lugares diferentes, no se puede hacer crecer nada si no se pone pasión en ello. Se confiesa un lector y escritor obsesivo, que le permite ver y pensar el futuro más allá de los datos.

De esa pasión por recrear el pasado, uno de los momentos que más le atrae a Marcelo a lo largo de la historia y que le hubiera gustado vivir están los felices años 20 en Estados Unidos y en París, “que creo que fue el último gran despertar cultural y artístico que se ha vivido en el siglo pasado. También me habría encantado vivir el Renacimiento italiano, la época de Da Vinci y los Médicis. Pero lo que me habría gustado de forma especial es asistir al juicio de Sócrates en la antigua Grecia. Y creo que a nivel tecnológico nos queda un poquito para ser capaces de reproducirlo”, comenta este visionario que avanza con paso firme hacia el futuro sin dejar de apoyarse en el pasado.

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