Salud

El investigador que no lucha contra un cáncer de pulmón, sino contra todos

Gonzalo Aizpurua
Graduado en Biomedicina

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Gonzalo Aizpurua (Madrid, 1998) es uno de los rostros más jóvenes que se esconden tras las probetas y los tubos de ensayo del CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas). Se graduó en Biomedicina siendo el primero de su promoción y son tan numerosas las becas de excelencia que se leen en su currículum, que hasta da pudor enumerarlas.

Desde hace algo más de dos años es investigador predoctoral en el área de cáncer de pulmón del mencionado centro donde, algún día, le gustaría tener su propio laboratorio. «Dentro de 20 años me veo liderando un proyecto de investigación, en esta misma rama, buscando una droga eficaz que pueda conseguir una regresión tumoral». Cualquiera diría que no ha cumplido los 25 años: su discurso es higiénico y preciso, como el instrumental que maneja a diario, el de una de esas mentes que España ha logrado retener y no se ha fugado.

«Hay un gran problema en la investigación española. La gente se está yendo fuera a buscar nuevas oportunidades. Es un sistema que falla, porque los cerebros se forman aquí (grados, másteres y, finalmente, el doctorado) pero luego rinden ya alejados de nuestras fronteras. No hay demasiada financiación y la mayor parte de las becas son bastante prohibitivas y exigen requisitos difíciles de cumplir que te obligan a vivir un largo periodo de tiempo fuera de tu país. Al final, son muchos los que terminan recalando en la industria farmacéutica». Pero él no quiere ese futuro para sí. Su vista está puesta en terapias contra el cáncer de pulmón que ya nada tienen que ver con la quimioterapia. «Cada vez van a ir ganando más y más peso las terapias personalizadas, dirigidas a un paciente en concreto pues sabemos que la respuesta ante un mismo fármaco no siempre es la misma en todos los organismos. No se trata de combatir el cáncer de pulmón, sino de acabar con todos y cada uno de los cánceres de pulmón».

Aizpurua advierte de que la presencia del tabaco en su generación (y en las posteriores) es cada vez más preocupante. Aunque la población fumadora, en términos generales, haya decrecido en la última década en España. «Las medidas antitabaco son bastante efectivas: se va a conseguir una reducción del cáncer de pulmón a largo plazo, pero ese cambio de tendencia aún no es visible», apunta. Sin embargo, este investigador, deja la prevención del tabaquismo para otros e insiste en que, cada mañana, al ajustarse los guantes, su único objetivo es buscar fórmulas para atajar los problemas cuando ya han aparecido. Eso sí, cuando se quita la bata no le verás encenderse un cigarrillo.

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