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Bioo, el interruptor que enciende la naturaleza

Sacar energía de la tierra a partir de ‘baterías biológicas’ con las que, de forma sostenible, y económica, satisfacer las necesidades energéticas del futuro

Vídeo ABC

Tiene el arrojo del visionario que sueña a lo grande, pero los pies en el suelo de quien sabe que no se construye la casa por el tejado. Lo de Pablo Vidarte (Sevilla, 1996), de hecho, no es comenzar la casa por el tejado, sino por el jardín, o, más bien dicho, por el sustrato del jardín, donde señala, y demuestra, existe una fuente de energía inagotable y desaprovechada. Es uno de los empeños de Bioo, la empresa fundada por este sevillano afincado en Barcelona centrada en la transformación biotecnológica del mundo por medio de tecnología capaz de generar energía de la naturaleza. En resumen, sacar energía de la tierra a partir de una suerte de ‘baterías biológicas’ con las que, de forma más sostenible, y económica, poder satisfacer las necesidades energéticas del futuro. El chasquido, la idea motor que alimenta la ambición de Bioo, es un futuro de baterías enterradas de forma masiva en parques y jardines, pilas ocultas capaces de generar energía atrayendo microorganismos, que en su proceso de alimentación generan electrones. «El punto clave es atrapar estas partículas con un sistema de electrodos que actúan como esponjas de carbono», lo que, chasquido de nuevo, «crea una corriente eléctrica que luego utilizamos para activar puntos de luz», explica a ABC resumiendo uno de los varios proyectos en los que está inmersa su compañía.

Vidarte tiene porte de estudiante pero le asoma el instinto empresarial, sabedor de que en el mundo de las ‘startups’ cuentan, mucho, las ideas, pero también el saber exponerlas, captar la atención, intuir donde están los recursos, sean estos en forma de ayudas públicas o de inversores con tanto arrojo como él, en definitiva cazadores de unicornios –como se conoce a las empresas de nueva creación que alcanzan los 1.000 millones de valoración sin cotizar en Bolsa–.

En las oficinas/laboratorio de Bioo en Viladecans (Barcelona), Vidarte se apasiona cuando habla, enseña algunos de los proyectos en los que trabajan, ideas que para el neófito pisan casi el terreno de la ciencia ficción: dentro de un laboratorio, por ejemplo, muestra unas pequeñas plantas modificadas para que tengan propiedades luminiscentes... campo abierto para interioristas o paisajistas atrevidos... Otros diseños ya están en fase de comercialización, y se adivinan perfectamente escalables, a la espera de que un gran inversor entienda su potencial, y rentabilidad. Todo se andará, adelanta Vidarte mientras esboza con una media sonrisa futuras colaboraciones, algunas en nuestro país, otras más allá de nuestras fronteras y que podrían implicar el gran salto adelante para Bioo.

Explica sus proyectos, recuerda el impulso inicial que le llevó a fundar Bioo, dibuja con las manos un futuro de ciudades limpias y sostenibles mientras acompaña al visitante por las instalaciones. De repente, se para ante unas bonitas plantas en la entrada de las oficinas. Para sorpresa del visitante, roza las hojas de una de ellas, que al entrar en contacto con sus dedos se convierte en un ‘interruptor biológico’ que ilumina la maceta... No es un ‘truco’, aunque algo tiene de puesta en escena para sorprender al visitante, solo una muestra para convencer al escéptico de que lo suyo va en serio. Quiere venderse, y sabe venderse.

La trayectoria de Vidarte, ciertamente, no es la de alguien de 27 años, con pasajes que forjan la imagen de alguien llamado a hacer cosas. Estudió cine, a los 16 años fundó su primera empresa, picoteó aquí y allá... hasta que se produjo una suerte de epifanía en forma de sueño. «Sí, es así. Bioo nace de un sueño», explica. A las tres de la mañana se despertó sobresaltado tras soñar en una futura ciudad en la que bajo los cultivos había claves para transportar la electricidad que estos generaban... Vio que eso era el germen de algo, y la primera decisión que tomó fue dejar los estudios de Ingeniería.

Emprendedor por instinto, los reconocimientos comenzaron a llegar. En la lista Forbes de los menores de 30 años más influyentes en España, en el top 50 de las empresas más innovadoras de Europa por el Parlamento Europeo, reconocido por Google y el South Summit 2016 con el título de la compañía más disruptiva del año... Vidarte no presume de ello, pero tampoco tiene tiempo que perder. Mientras el fotógrafo prepara el equipo para registrar la entrevista se le nota impaciente, tiene asuntos abiertos y pide adelantar. Asume que parte del éxito de Bioo pasa por su proyección, pero si se puede atajar, mejor.

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