Cree Pablo González Ruiz de la Torre (Sevilla, 1994) que los últimos años, pandemia mediante, han sido indispensables para el último gran hallazgo que ha hecho el ser humano: “La importancia de vivir una vida que tenga un sentido; de estar vivos y de vivir viviendo”, algo que, vaticina, en los próximos años también va a tener impacto. Se trata de ahondar en la reflexión de “para qué estamos aquí y cómo podemos vivir mejor”.
En un mundo en cambio constante por retos como las tecnologías disruptivas (“e invasivas”), la digitalización, la revolución verde o el auge de movimientos sociales, políticos o culturales, González considera que la clave “más que nunca”, va a ser “el talento”. “Es la mayor fuerza que tenemos, y la mayor garantía para que todos esos desafíos se conviertan en oportunidades justas para todas las personas”, cuenta.
Por eso, hace unos ocho años que este sevillano afincado en Madrid, graduado en Administración y Dirección de Empresas, fundó ya en las aulas de la universidad Trivu, una compañía cuyo propósito es “hacer del talento el motor de la transformación que hoy afronta el mundo”. ¿Su objetivo final? “Aportar soluciones que nos permitan contribuir a un mundo más humano”.
En concreto, Trivu se dedica a conectar organizaciones y personas “para juntos afrontar la transformación humana que nuestra sociedad necesita ante esta nueva década”. En el caso de las organizaciones, Trivu se dedica a acompañar “a todo tipo de empresas y gobiernos” en su proceso de evolución cultural y organizacional; en lo que respecta a las personas, promueve “el desarrollo personal y profesional” de las mismas, impulsando oportunidades que “desaten todo su potencial”. En estos años, el proyecto al que González dio forma y que hoy lidera ha logrado entrar en los despachos de grandes firmas. Hoy, Trivu trabaja con más de 150 compañías y organizaciones entre las que están BBVA, Telefónica, Cepsa, Deloitte, Inditex, Cuatrecasas o Seat, por citar algunas.
Consciente de la velocidad a la que cambia el planeta y al mismo tiempo las necesidades de las empresas, González no se atreve a vaticinar ni imaginar siquiera cómo será su propio futuro profesional. “Cuando me planteo acerca del futuro, siempre respondo que no lo sé y que prefiero no saberlo. El mundo cambia tan rápido… la clave es estar arropado”, detalla, y apostilla: “No tengo claro qué quiero hacer o dónde estar, lo que no quiero es estar en un sitio por estar, rodeado de gente de la que no me sienta orgulloso, y haciendo algo que no me haga feliz”.
“No hay mayor herramienta que los valores para afrontar cualquier crisis”
En esta mirada hacia el futuro, cabe preguntarse cuáles son las claves que hay que mejorar en el presente para que la gestión del talento brille en los próximos años. “Sin duda alguna, yo creo que en el momento que estamos viviendo, y basta con mirar la historia de la humanidad, las grandes batallas que hemos vencido como sociedad o como especie no son aquellas en las que hemos utilizado armas o vacunas, como hemos tenido que hacer recientemente, sino que no hay mayor herramienta que los valores para de verdad ser capaz de afrontar cualquier crisis que tengamos de ahora en adelante como humanidad”, reflexiona González.
El fundador de Trivu describe que, a su juicio, en España y el mundo entero “estamos viviendo una crisis, una fractura, de ese orden que lleva marcando el paso a las personas y organizaciones del siglo XXI desde hace décadas e incluso siglos”. Por eso, el empresario anima a continuar haciendo una reflexión centrada en “de dónde venimos, dónde estamos y, sobre todo, hacia dónde queremos ir”. “La clave para afrontar ese futuro como sociedad reside en los valores básicos humanos, que se nos olvidan en el día a día, como tener la capacidad de escuchar activamente el entorno en el que estamos (y no únicamente centrarnos en la inmediatez), tener la capacidad de recuperar algo tan importante como es la cultura del esfuerzo y de recuperar cosas tan sencillas que han pasado a un quinto o sexto lugar en nuestro día a día, como es el respeto a la libertad y la autonomía de las personas, que es fundamental”.
González considera que en una sociedad como la que vivimos, “donde al final opinar es gratis y entrar en la vida y el entorno de cualquier persona es cada vez más sencillo y gratuito, esto provoca que muchas veces las personas nos veamos abocadas no tanto a vivir nuestra vida, sino a encajar en el mundo”. “Esto es un tema preocupante que solo se puede combatir con valores y requiere de un compromiso individual que multiplique el impacto que como sociedad luego podamos tener”, sentencia el empresario, que anota: “No es fácil, pero tenemos todo lo necesario para conseguirlo. Somos la generación más formada de la historia, estamos perfectamente conectados con lo que está pasando y como sociedad tenemos que dar ese paso adelante y recuperar valores humanos básicos que nos permitan afrontar todo lo mucho que tenemos por delante”.
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