Demografía

«Las ciudades sufren contaminación porque hay mucha gente viviendo en muy poco territorio»

Enrique Collada
Director del Proyecto Arraigo en Castilla-La Mancha

Vídeo ABC

“El reto demográfico es un problema civilizatorio. Las ciudades sufren contaminación porque hay mucha gente viviendo en muy poco territorio”, resume Enrique Collada, director del Proyecto Arraigo en Castilla-La Mancha, al hacer un primer diagnóstico del problema demográfico que tiene España. Lo hace paseando por las calles semidesiertas de El Collado, un término municipal ubicado entre la serranía de Cuenca, la Alcarria y el Alto Tajo, con una población de 61 habitantes.

Enrique tiene 26 años y es ingeniero de telecomunicaciones, pero ha decidido centrarse en impulsar este pequeño pueblo en el que aprendió a montar en bicicleta cuando era niño. “Yo venía los fines de semana con mis padres y nunca había tenido la perspectiva de que El Recuenco podía ser un sitio donde vivir”, señala. Sin embargo su manera de ser le llevó desde la adolescencia a implicarse en todo tipo de actividades. Tal ha sido su inmersión que en las pasadas elecciones municipales salió elegido alcalde. “A mí me gusta esta vida y además creo que es súper bonito trabajar para revitalizar un pueblo, que en mi caso es donde están mis raíces”.

El proyecto Arraigo, del que Enrique es director en Castilla-La Mancha, es una iniciativa que trata de devolver la vida a los pueblos. Lo hace intentando facilitar a las personas la vida en un entorno rural y atraer de esta manera a la población de las ciudades. Para ello se centran en ofrecer oportunidades de empleo, vivienda y, posteriormente, ayudándoles después a integrarse en la vida social de la zona.

Uno de los ejemplos del proyecto Arraigo del que Enrique está más orgulloso es el que realizaron en Villaescusa de Haro, un pueblo de Cuenca, al que llevaron una familia con niños que permitió que no se cerrara el colegio. Gracias a esa iniciativa, no solo mantuvieron abierta la escuela, también reabrieron el bar. “Son cosas que dan vida al pueblo”, sentencia.

Enrique es muy optimista sobre el futuro de las zonas rurales. Cree que dentro de una década, gracias al proyecto que dirige y otros similares, la población se va a estabilizar en estos territorios. “Hay mucha gente que tiene ganas de instalarse en las zonas despobladas, pero para que vengan hay que conseguir unir las oportunidades y los recursos de los pueblos a las necesidades y cualificaciones de las personas”, comenta.

“Las repoblaciones hay que hacerlas no solo de gente que vuelve a sus orígenes”, señala. “Podemos traer gente de otros países que puedan ocupar los empleos que hay en las zonas donde ya no se encuentra personal para cubrirlos. Esta gente que viene del exterior, además de fuerza laboral, es una oportunidad de enriquecimiento cultural”.

Para Enrique, “el hito que ha marcado el éxodo hacia las grandes ciudades fue que se instaló en la sociedad rural la idea de que el éxito estaba en vivir en la capital. Sin embargo, actualmente, en las ciudades está la mayor bolsa de paro, tienen una gran precariedad y el coste de la vida es más elevado. Por el contrario, en los pequeños municipios existen oportunidades de emprendimiento y hay un montón de empleos que no se están cubriendo. Esto ha convertido a los pueblos en un territorio de oportunidad que puede servir para frenar la despoblación”, señala.

La pandemia ha servido para que mucha gente redescubriera la vida en los pueblos. Enrique destaca que muchos solo venían en verano y gracias al teletrabajo vieron que había un alto nivel de vida y una libertad de la que no disponían en la ciudad. “Yo y algunos amigos míos hemos sido algunos de ellos”, señala. “No habíamos trabajado nunca en nuestros pueblos y lo pudimos hacer. En ese momento descubrimos que podíamos vivir y estar más en contacto con la naturaleza”.

Enrique es muy joven y sonríe cuando se le pregunta sobre el futuro, por si le gustaría que sus hijos crecieran y se quedaran en El Recuenco. “No lo tengo en un horizonte próximo, pero por lo que veo, la vida del pueblo es el mejor entorno para tener hijos. A mí me gustaría que mi hijo tuviera la libertad que yo viví en el pueblo cuando era pequeño”, comenta.

Las posibilidades en el mundo rural, más allá del trabajo en el sector primario (ganadería y agricultura), pasa por iniciativas relacionadas con la naturaleza, el patrimonio artístico, el turismo o la gastronomía, señala Enrique.

“Una de las claves frente al del reto demográfico es que las comarcas trabajen unidas, como hacemos en el Alto Tajo”, comenta. A continuación añade que su comarca es reserva ‘Starlight’, que es la máxima categoría de los cielos. “En las noches despejadas las estrellas son un espectáculo y eso, nunca lo van a tener en las grandes ciudades”.

Demografía
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«Estudió educación social en Lérida, estuvo de Erasmus en Chile y de voluntaria en Brasil, pero desde hace cuatro años es ganadera en Torres del Obispo (Huesca)»