Cultura

Un artista del siglo XXI con alma de divulgador

Juan Pérez Floristán
Pianista

Vídeo ABC

Juan Pérez Floristán (Sevilla, 1993) no es un pianista al uso, ya que ha logrado romper muchas de las barreras que tradicionalmente alejaban al público mayoritario de la música clásica. En su estudio, donde sobresale un piano Yamaha, descifra los misterios de los grandes maestros de la composición gracias a la magia que sale de sus prodigiosas manos. En su haber hay interpretaciones memorables, como cuando en 2009, con apenas dieciséis años de edad, afrontó una obra tan compleja como el ‘Concierto nº2 para piano’ de Shostakovich en el Teatro Monumental de Madrid.

Conocedor del gran poder que tiene actualmente el mundo audiovisual, posee un canal en Youtube que se llama ‘Tócala otra vez Juan’ en el que, además de exponer su punto de vista sobre la música, ha entrevistado en el espacio ‘Y tú, ¿de quién eres?’ a destacados artistas como Rocío Márquez, Patricia Guerrero o Pedro Casablanc, entre otros, con un estilo desenfadado y muy original. Eso es posible gracias a que este pianista tiene un don único para comunicar delante de las cámaras. No en vano ha recibido clases de interpretación actoral y está muy interesado en la interrelación que existe entre las distintas manifestaciones artísticas.

En su currículum destacan logros como el primer premio del Concurso Internacional Paloma O'Shea (2015) o el primer premio del Concurso Internacional de Piano Arthur Rubinstein (2021), dos de los galardones más prestigiosos dentro del mundo de la música clásica. En la Escuela Superior de Música Reina Sofía estudió con Galiana Eguiazarova y en Berlín, donde residió siete años, hizo lo propio con Eldar Nebolsin. Ha tocado en algunos de los escenarios reservados para los grandes maestros, como el Royal Albert Hall de Londres o el Carnegie Hall de Nueva York.

Nos recibe en su piso en Sevilla con una gran sonrisa y con el anuncio de que acaba de publicar un disco muy especial para él titulado ‘Algoritmo’, trabajo que contiene obras muy variadas como ‘Tres danzas argentinas’ de Ginastera, la versión original para piano de ‘Cuadros para una exposición’ de Mussorgsky y ‘Musica ricercata’ de Ligeti, una de cuyas piezas ilustra el video. Otro de los valores de este joven creador es que es capaz de afrontar con igual solvencia las obras de genios del gran repertorio clásico como Mozart o Beethoven –de quienes ha dirigido conciertos desde el piano–, al mismo tiempo que se acerca a destacados compositores del siglo XX como Ravel, Debussy o Falla, entre un largo etcétera.

Se ve en el futuro profesionalmente entre «incertidumbres y sueños». «No quiero perder la curiosidad porque como artista hay que renovar la curiosidad proyecto a proyecto», asegura. Sostiene igualmente este intérprete que «hay que encontrar siempre una motivación y un porqué a lo que hago». Por eso piensa que para él es fundamental aspirar a conseguir «una voz única, la mía, la de Juan. Y ojalá eso sea dentro de la música y de otras artes con las que estoy flirteando últimamente».

Se muestra también sincero al confesar que espera que dentro de unas décadas los conciertos de piano sean «diferentes a como son ahora». «Como son ahora son geniales –aclara–, pero son hijos de un tiempo y de una circunstancia concreta». Sin embargo, considera que ese formato más tradicional «no sigue funcionando en todos los contextos». De ahí que confíe en el hecho de que «a los artistas se nos permita explorar sin criticarnos y que nosotros nos atrevamos a hacerlo también».

Para Juan Pérez Floristán hubo un antes y un después dentro de su carrera cuando ofreció un concierto en Cuenca hace unos años. «Hasta entonces había hablado alguna vez con el público, pero ahí pensé: ‘Voy a presentar las obras’. Estaban incluidos en ese programa los ‘Preludios’ de Gershwin y me gustó la experiencia. Fui cogiendo práctica. Creo que en el cuerpo a cuerpo con el público es donde más labor divulgativa he hecho», subraya.

En cuanto a las claves que hay que mejorar en el presente para que su profesión tenga un desarrollo mejor en el futuro, el pianista sevillano opina que la educación es un factor esencial. «A la hora de debatir los problemas estructurales de cualquier oficio artístico no está muy de moda echarle la culpa al público. Hay muchos pilares. Están los políticos, los artistas, los conservatorios, la educación y también está el público. Todo eso requiere una gran responsabilidad por parte de los educadores y de los artistas que divulgamos, pero yo no me siento culpable porque ya no puedo divulgar más pues no tengo más tiempo. Está también esa otra parte que afecta al público a la hora de intentar realmente ver cuáles son nuestros hábitos de consumo de arte, de contenido como se le llama hoy en día, y si realmente nos debemos relacionar con el arte y con la música como si fuera un contenido que consumir», concluye.

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