Ciencia

La física obsesionada con cazar la materia oscura

Patricia Sánchez Lucas
Investigadora postdoctoral de Física Teórica y del Cosmos de la Universidad de Granada y Beca Leonardo en Física 2023

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A pesar de que en su pared colgaban los típicos póster de las estrellas pop del momento, Patricia Sánchez Lucas siempre tuvo claro que quería ser física. “No tenía a Einstein de referente, pero siempre supe que quería hacer esto. Incluso cuando no tenía muy claro en qué consistía hacer física”, cuenta a ABC. Recuerda el momento exacto en el que decidió que su vida iría por ese camino: era un experimento en el que tenían que medir cómo oscilaba un péndulo y, a partir de ahí, sacar una ecuación. “A mí me pareció fascinante”, dice con una sonrisa. Una vez terminado el instituto, cambió su Almería natal, donde nació hace 35 años, para estudiar Física en la Universidad de Granada, donde ahora como investigadora postdoctoral, desempeña su trabajo. “En aquel momento te decían que había más salida en las ingenierías o en arquitectura, pero un poco en contra de todo eso, elegí física. Y acabé haciendo física de partículas un poco por casualidad”.

Porque, a pesar de haberse criado en la provincia con más horas de luz al año en Europa, se dedica a estudiar la misteriosa materia oscura, esa forma de la materia invisible a nuestros ojos y esquiva a nuestros instrumentos científicos, que no paran de buscarla de forma infructuosa desde hace décadas pese a que, en teoría, forma el 85% del universo. “Si no está ahí, no sabemos explicar cómo se comportan los planetas y las galaxias, por lo que descubrirla sería un avance que cambiaría la física”, explica intentando simplificar. Puede complicarlo aún más, porque su especialidad dentro de la rama de la física son los neutrinos, unas partículas muy, muy pequeñas que se mueven casi a la velocidad de la luz, no interaccionan casi con nada en el universo y que, gracias a sus particulares características, podrían tener la clave de la materia oscura. “Pero aún hay que demostrarlo”.

Para ello, se está diseñando el experimento DUNE, un proyecto internacional que, una vez desarrollado, constará de un acelerador de partículas donde se producirán los neutrinos, y dos detectores de última generación: uno más pequeño situado en el Laboratorio Nacional Fermi (conocido como Fermilab y situado al oeste de Chicago) y otro mucho más grande -de hecho, será el más grande en su tipo construido jamás- que se está construyendo a más de un kilómetro y medio de profundidad bajo la superficie del Centro de Investigación Subterráneo de Sanford, en Dakota del Sur. Entre el millar de científicos de una treintena de países diferentes que participan en el proyecto se encuentra Sánchez Lucas, quien desarrolla su trabajo desde el departamento de Física Teórica y del Cosmos de la Universidad de Granada, donde volvió el año pasado. Antes pasó dos años y una pandemia mundial en la Universidad de Zurich.

“Estuve 2020 y 2021 en Suiza. Allí aprendí muchas cosas, pero también a valorar que es importante tener la familia cerca”. Así es como esta investigadora postdoctoral consiguió entrar en el Programa de Investigación Juan de la Cierva, unas ayudas destinadas a que el joven talento español retorne a casa. Eso y la necesidad del olor a salitre la empujaron definitivamente a volver. “Zurich siempre será mi segunda ciudad y allí he aprendido mucho. Pero echaba de menos muchas cosas aquí. Ahora aspiro a crear mi propio grupo de investigación y trasladar todo ese conocimiento”.

Prueba de su buen hacer es que el año pasado fue una de las siete personas que consiguieron la Beca Leonardo a Investigadores en Física que otorga la Fundación BBVA a científicos de entre 30 y 45 años. La beca la empleará para financiar el proyecto ‘Selenio amorfo para potenciar la capacidad de detección de los futuros experimentos de neutrinos’, que se centra en investigar el desarrollo de un novedoso dispositivo que podría mejorar hasta en un 40% la forma de medición de energía de los neutrinos en futuros experimentos. Porque, según Patricia, el paradigma tiene que cambiar: es necesario ver los viejos problemas desde nuevas perspectivas. “Hasta ahora nos hemos dedicado a hacer máquinas cada vez más grandes; en mi opinión deberíamos enfocarnos en buscar nuevos puntos de vista”, incide.

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