¿Qué es la dieta cetogénica? Beneficios, mitos y efectos secundarios

Ante la premura es fácil caer en la tentación de seguir las conocidas como dietas milagro por los supuestos beneficios que se consiguen, mucho más rápidos que los que brinda el 'plan' clásico de comer menos de lo habitual y ejercitarse más de lo acostumbrado.

En el fino umbral entre lo perjudicial y lo saludable se encuentran las dietas cetogénicas o dietas Keto (por la voz inglesa ketogenic). A grandes rasgos su funcionamiento se rige por desplazar a los hidratos de carbono como fuente principal de energía de nuestro cuerpo, obligándolo a obtenerla de los acúmulos de grasa.

Así, quedarían desterrados de nuestro menú diario el pan, los cereales ( por ej. arroces) , las legumbres , las pastas , los tubérculos ... e incluso las frutas (a excepción de los frutos rojos, en su justa medida). Básicamente, todo lo rico en glúcidos y/o almidón.

Lo curioso es que además de una ingesta elevada de proteínas la dieta cetogénica se apoya en las grasas naturales como el aceite de oliva o de coco , el aguacate y hasta en las mantequillas (siempre que el ganado haya sido alimentado con pasto). Huelga decir que los alimentos procesados ni se contemplan, como tampoco las salsas , las grasas saturadas o el alcohol , aunque esto es común con la mayoría de dietas por razones obvias.

Para tener una idea, una dieta keto estándar se sustenta en un 5% de hidratos , un 20% de proteínas y un 75% de grasas . También se puede mantener ese 5% y abundar un poco en las proteínas (35% frente a 60% de grasas). Se puede hacer además una dieta cíclica, en la que, por ejemplo, cinco días a la semana se sigan a rajatabla estas indicaciones y en los dos restantes sí que se puedan tomar hidratos.

En general, al comer así se obtendrían dos consecuencias directas, una quema de grasa corporal y una disminución del azúcar en sangre importantes.

Es más, esta dieta surgió como una solución a la epilepsia en la década de los años 20 del pasado siglo, con especial aplicación en niños que no mejoraban únicamente con un tratamiento a base de fármacos. Fue, y es, más una cuestión observacional que de propios estudios médicos. En cualquier caso, se reducen los ataques epilépticos en aquellas personas que siguen una dieta cetónica controlada por un profesional sanitario . Esa es la clave de un plan de adelgazamiento complejo de asumir y que puede tener efectos secundarios de amplio calado.

De entrada la duración debería oscilar entre 3 y 6 semanas y es preferible llevarla a cabo en un momento de temperaturas no muy altas , por la deshidratación que se experimenta cuando se elimina 'de raíz' el glucógeno. Este asfixiante mes de mayo no parece, por tanto, el mejor momento para iniciar la dieta.

Otra cuestión importante es el choque fisiológico al cambiar el modelo de alimentación. Los primeros días es normal sentir un cansancio acusado e incluso dolores musculares y calambres . También ocurre que, dada la presencia de fibras en los hidratos de carbono, cuando eliminamos estos nutrientes de nuestra ingesta podemos sufrir episodios de estreñimiento .

En casos más extremos, se pueden elevar los niveles de ácido úrico en sangre, e incluso los de azúcar (especialmente por las mañanas), aunque el sentido inicial sea la reducción. También podría acentuar la alopecia .

Es cierto que el peso corporal se reduce de manera palpable al someterse a una dieta cetogénica, y que además hay un gran número de adeptos que cantan las bondades de esta forma de comer , sin embargo los efectos secundarios, que no son pocos, también han de tenerse en consideración. El mejor juez sobre la idoneidad de esta dieta siempre será el médico.