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María José, 19 años con ELA: «Todos mis compañeros del hospital murieron y se han jubilado muchos médicos con los que empecé»

Esta azafata de 47 años, que perdió a su hermano mayor a los 24 a causa de un accidente, pulveriza todos los pronósticos médicos de supervivencia de esta enfermedad, que oscilan entre los 3 y 5 años

Ángel, padre de la azafata sevillana con ELA: «A mi hija no le dieron la pensión y luego le quitaron la no contributiva»

María José Álvarez, con sus padres en el salón de su casa J.A.
Jesús Álvarez

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María José Álvarez tenía 28 años cuando su cuerpo comenzó a fallarle. Empezó a caerse con mucha frecuencia (se le doblaban los pies) y sufría calambres y esguinces. Entonces era azafata de los trenes Talgo e iba de Sevilla a Barcelona hasta tres veces ... a la semana. Casi a la misma velocidad que el tren en el que trabajaba, la ELA fue avanzando sobre sus neuronas como un ejército invasor y despiadado y pronto se quedó sin fuerzas en las manos. «Un día ya no podía ni girar la llave de contacto de mi coche para arrancarlo», cuenta a ABC desde el salón de su casa, situada frente al Palacio de Congresos de Sevilla.

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