Hematofobia: ¿por qué hay personas que se marean al ver sangre?
Esta fobia provoca ansiedad, taquicardia e incluso desmayos. Te damos las claves para sabes si la padeces y cómo tratarla
Ansiedad: conoce los síntomas y el tratamiento
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Iniciar sesiónTodos tenemos un miedo que no hemos contado, pero una fobia va más allá: es un miedo intenso, irracional o desproporcionado ante un estímulo o una situación generalmente cotidiana. En el caso de la hematofobia, sería la ansiedad o temor irracional ante lugares, objetos ... y situaciones relacionadas con la visión de sangre, agujas y heridas, que genera conductas de escape y/o evitación por el temor al desmayo que puede ocurrirle.
Son muchas las personas que padecen esta fobia en mayor o menor medida y debido a ello llegan a evitar situaciones vitales para la salud como citas médicas, vacunas o análisis sanguíneos.
En este sentido, María Joaquina Lloreda, médico psiquiatra, nos da algunas claves para hacer frente a este trastorno, que hace que la persona afectada no sea capaz de sobrellevar ese temor a la sangre y todo lo que conlleva.
Según la especialista, «la hematofobia está englobada dentro de los Trastornos de Ansiedad. Es lo que conocemos como una fobia específica, o fobia simple, es decir, limitada a elementos concretos. Otros ejemplos son animales (pájaros, perros) o situaciones (conducir, ir al dentista)... no son algo amenazante o peligroso, sin embargo la persona no lo puede soportar», aclara Lloreda... «Asimismo existen otros tipos de fobias ademas de las fobias simples, como la fobia social o la agorafobia».
¿Por qué es un trastorno?
Lloreda explica que «lo que caracteriza a todas las fobias en general es la reacción tan desproporcionada ante un estímulo, porque a fin de cuentas la ansiedad es un mecanismo natural de respuesta que tenemos los seres humanos; es un mecanismo adaptativo que nuestro cerebro genera frente a situaciones de peligro, que nos hace ponernos alerta, generalmente para luchar o para huir». «En el caso de las fobias, esa ansiedad aparece, pero no ante un peligro real, sino ante una situación cotidiana que a la mayoría de las personas no les provoca esa reacción, y que sin embargo al paciente afectado que tiene esa fobia sí se lo provoca, con la consiguiente repercusión en su vida cotidiana».
«En el caso de la hematofobia tienen miedo a encontrarse en situaciones relacionadas con la sangre, por lo que su cuerpo reacciona ante esto, teniendo consecuencias en el funcionamiento normal de la persona: pueden evitar tomar decisiones adecuadas sobre su salud, negarse a acudir al medico, evitar el cuidado o acompañamiento de sus allegados por el temor a verse expuestos. Pueden incluso rechazar la posibilidad de estudiar carreras que tuvieran que ver con esto, como las que tienen que ver con la salud...».
Qué provoca la hematofobia
«Este miedo exagerado provoca de entrada un pensamiento anticipatorio, es decir, la persona lleva como un 'detector', va siempre pendiente de situaciones que le puedan generar esa fobia para evitarlas, por ejemplo, ante la posibilidad de hacerse una analítica de sangre, tener que ir a una consulta médica o ver un accidente...», comenta la médico psiquiatra. «En esas situaciones en las que la persona intuya que puede verse expuesta a lo que le genera la fobia, desarrolla una tremenda ansiedad, sensación de miedo y a continuación, o bien evita la situación si es posible y si no, intenta escapar».
«Se sabe que hay un componente familiar, es decir suele haber antecedentes en la familia a quienes también le ocurre eso. Parece que hay estudios que demuestran que existe un cierto componente de aprendizaje en la infancia. O bien puedes tener alguna experiencia traumática en las primeras etapas de la vida o en el entorno y a partir de ahí se puedan desarrollar este tipo de comportamientos».
«Lo que marca la diferencia en el caso de la hematofobia, es que más que ansiedad o miedo, puede producirse una sensación de asco, náusea (a menudo la persona lo define como 'olor a hospital') y más que necesidad de escapar, lo que aparece es mareo, sensación de desmayo. Esta característica se conoce como Respuesta Bifásica (respuesta en dos fases): inicialmente se produce ansiedad, taquicardia, taquipnea (respiración acelerada), sudoración... Es una reacción que desarrolla el ser humano desde la edad de las cavernas ante un peligro objetivo, una forma de preparación para la lucha, el ataque o la defensa; sin embargo en este caso a continuación de este fenómeno de activación fisiológica se produce en nuestro cuerpo la segunda fase de respuesta: una bajada brusca de la tensión arterial y de la frecuencia cardíaca, que hace que la persona se maree, e incluso pueda llegar a perder el conocimiento».
El desmayo como protección
«Según algunos investigadores esta segunda fase, el desmayo, funcionaría como un arcaico mecanismo adaptativo de protección: ante un sangrado impediría que pudiéramos seguir luchando o que intentáramos escapar y nos siguiéramos desangrando. El organismo desarrollaría esto para frenar esa pérdida de sangre», detalla Lloreda.
Cómo saber si padeces hematofobia
Si una persona evita exponerse a estímulos relacionados con la salud, las heridas, la sangre, las agujas, las inyecciones, etc. o se anticipa a esa exposición y llega a agobiarse más de lo normal, probablemente padezca hematofobia. Lloreda señala que «en ese caso se debe consultar con un profesional de la salud mental, quien diagnosticará si tiene esa fobia, en qué grado de intensidad, y va a ofrecer el tratamiento adecuado». «Si te has desmayado cuando te van a sacar sangre o evitas acudir a una cita médica o no quieres acompañar a tu familiar a un hospital o eres incapaz de entrar en un hospital, pues igual seria interesante consultar con un psicoterapeuta», comenta.
«Si el problema es una situación que no es especialmente intensa va a necesitar unas pocas sesiones de psicoterapia, suelen ser tratamientos muy estructurados y protocolizados y en general los pacientes responden muy bien. Es importante pedir ayuda y consulta, porque el especialista te va a ofrecer un diagnóstico y sobretodo un tratamiento adecuado».
Tratamiento para la hematofobia
«Lo que dice la evidencia científica es que este tipo de cuadros no suelen responder al tratamiento farmacológico. Cuando la taquicardia es muy intensa o cuando la persona tiene que someterse a procedimientos de salud se pueden dar betabloqueantes para reducir la frecuencia cardíaca, o ansiolíticos. Pero el tratamiento es básicamente psicológico».
«En este caso las psicoterapias más respaldadas por la literatura científica son de tipo cognitivo conductual y pasan por la exposición al estímulo que genera la fobia y a partir de ahí se puede trabajar de distintas formas. La más habitual sería la exposición estímulo y prevención de respuesta a lo largo de una serie de sesiones, que suele funcionar bastante bien. En otros casos más severos, hay que utilizar técnicas cognitivas más profundas, lo que llamamos reestructuración cognitiva».
«En el tratamiento primero se haría un registro, se analiza la conducta del paciente, se pide que describa en qué situaciones aparece, qué es lo que nota. Y con todo ello se hace una propuesta de tratamiento, generalmente son un número limitado de sesiones donde el psicoterapeuta, el psicólogo o el psiquiatra va acompañando a la persona para que vaya haciendo una modificación de su forma de pensar y actuar y desaparezca el malestar», señala la especialista.
«Aparte de la terapia, también se trabaja desde la Psicoeducación, es decir, se ofrece información adecuada acerca de la fobia: qué es lo que le ocurre, por qué le ocurre, de qué forma se puede actuar o qué estaría dentro de un programa de tratamiento con el psicólogo o psiquiatra. Asimismo se hacen ejercicios de respiración con técnicas de relajación vinculadas a la respiración, que resultan ser eficientes. En general, los pacientes suelen responder bastante bien».
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