sanidad
Fernando García: «Los policías no enseñamos a médicos y enfermeras a defenderse de las agresiones porque el resultado puede ser peor»
El inspector e interlocutor policial sanitario en Sevilla asegura que cualquier persona, incluso con un elevado nivel de formación, puede convertirse en agresor, aunque sí existen zonas y centros de salud donde se repiten con más frecuencia estos comportamientos
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El inspector Fernando García (Sevilla, 1976) es el interlocutor policial sanitario de Sevilla desde noviembre de 2021. Su área cubre cubre toda la demarcación de Sevilla capital, Alcalá de Guadaira, Camas, Coria, Dos Hermanas, San Juan de Aznalfarche, Morón y Écija, donde hay presencia de ... la Policía Nacional. En estos tres años y medio ha visto de todo.
-Las agresiones a sanitarios salen casi a diario en medios de comunicación y redes sociales. ¿Es un fenómeno en auge?
-Sí. Aunque las agresiones a sanitarios tienen muchas causas. Hay una falta de sensibilización y concienciación de la población y también una falta de educación, por qué no decirlo. También se generan unas expectativas que no son realistas sobre el sistema de salud. Funciona muy bien, en general, pero no es perfecto y tiene sus limitaciones, como todo. A veces hay mucha demora en la atención y en medicina tampoco 2+2 son siempre 4 y a veces los tratamientos no funcionan o tienen que volver y de nuevo esperar su turno.
-¿Hay un perfil de agresor sanitario?
-Los hay de todo tipo. A veces la persona que uno menos se espera, incluso con mayor nivel educativo o de formación, puede convertirse en un agresor. Sin embargo, el mayor número de agresiones suele darse en centros sanitarios ubicados en las zonas más desfavorecidas.
-¿Dónde están esos centros?
-En Polígono Sur, Torreblanca, San Juan de Aznalfarache, Camas, por ejemplo. En todos esos centros de salud tienen servicios de urgencias abiertos las 24 horas y a veces la gente que llega allí lo hace en estado de intoxicación.
-¿El riesgo de agresión se multiplica cuando un médico no receta lo que el usuario demanda?
-Sí. Esa es una de las causas más habituales de agresión a sanitarios, la discrepancia entre lo que el usuario demanda y lo que el médico le receta. En esas zonas desfavorecidas que citaba anteriormente, hay población que tiene un tratamiento de metadona o que consume drogas. Y también hay algunos medicamentos que tienen salida en el mercado negro y que esperan poder sacarlo de las farmacias para venderlo en la calle.
-¿Le consta a la Policía que haya una mafia que se dedica a la venta ilegal de estos medicamentos?
-No nos consta. Lo que sí hay son casos puntuales de usuarios que tratan de que les receten estos medicamentos y luego los venden en el mercado negro, pero es algo que se hace a pequeña escala. Sí puede darse el caso de que haya alguna organización criminal que traiga medicamentos de otros países y los venda aquí, pero no nos consta que esta actividad tenga algo que ver con las agresiones a sanitarios.
-¿Se producen más agresiones en centros de salud de la provincia que en los de la capital?
-Sí. San Juan de Aznalfarache es un caso muy significativo y cuenta con un centro de salud cerano a una barriada desfavorecida, la del Gato. En este centro, que tiene un servicio de urgencias las 24 horas del día, hay mucho movimiento y se producen con cierta frecuencia agresiones a sanitarios.

«Un matrón en Écija que fue agredido dos años después de ser denunciado por los padres de una niña que nació con lesiones cerebrales. La Justicia dictaminó que no hubo ninguna negligencia médica pero se la tenían guardada»
Fernando García
Inspector de la Policía nacional e interlocutor policial sanitario en-Sevilla
-Es llamativo que Sevilla sea la provincia española con mayor número de denuncias policiales de agresiones sanitarias, siendo la cuarta en población.
-Las cifras de Sevilla pueden ser superiores a las de otras muchas ciudades pero no se está desmadrando. Lo que está ocurriendo es que hay una mayor sensibilización de los sanitarios y se denuncian más. Antes se asumía como parte del trabajo que llegara un hombre bebido que amenazara o insultara a los profesionales de los centros de salud. Ahora no se asume y se denuncia. Y las denuncias suelen acabar en condenas de los agresores, por eso es tan importante denunciar. Si no se denuncia, el hecho queda impune. Además, los funcionarios sanitarios tienen ya la consideración de autoridad y eso les confiere una protección especial. Una agresión que sería normalmente una falta entre dos particulares es un delito si la sufre un sanitario del sistema público de salud. Y la condena es lógicamente mayor y esa condena lleva aparejadas normalmente órdenes de alejamiento del agresor.
-Dice el Sindicato Médico que casi todas las agresiones se quedan en meras multas. ¿Hay alguien que acabe en la cárcel?
-Sí. Conozco varios casos que han acabado en prisión. Se trata de casos graves porque los jueces lógicamente tienen en cuenta las circunstancias. Si no hay lesiones graves y no hay antecedentes penales, puede solventarse con una multa y una orden de alejamiento.
-¿Puede contar algún caso en el que el agresor fuera encarcelado?
-En el caso de Sevilla no recuerdo ningún caso de lesiones graves, al menos, en estos tres últimos años que yo llevo, pero sí recuerdo el caso de un enfermero matrón que asistió al parto de una niña en Écija que nació con graves daños cerebrales. Hubo una investigación judicial que demostró que esos daños no eran achacables en ningún caso a los profesionales sanitarios, uqe es lo que la Justicia dictaminó, pero dos años después de los hechos los padres se encontraron con el enfermero en un supermercado y lo agredieron. Se la tenían guardada. Los policías de la Comisaría de Écija detuvieron a los padres y se celebró el correspondiente juicio, aunque las lesiones causadas al enfermero no fueron graves.
-En el centro de salud de San Juan de Aznalfarache un agresor reincidente sacó una navaja a un médico que no le quiso recetar benzodiacepinas.¿No teme que algún día ocurra una desgracia irreparable?
-Claro, eso puede pasar. Hace un par de años en el Hospital de Valme un paciente psiquiátrico sacó un cuchillo e hirió a tres vigilantes. El hombre pretendía matar al médico y los vigilantes le salvaron la vida literalmente. ¿Qué hubiera pasado si los vigilantes no hubieran estado allí? Posiblemente, una desgracia. Pero lo cierto es que la mayoría de las agresiones son verbales, aunque sus efectos pueden ser graves en algunos profesionales, que pueden caer en un estado de depresión o de ansiedad.
-¿Qué puede hacer la Policía Nacional por los sanitarios agredidos o por los que temen serlo cualquier día?
-Aparte de nuestra labor de investigación de los delitos, hacemos actividades formativas para prevenir o gestionar conflictos.
-¿Se les enseña a los sanitarios a defenderse de las agresiones?
-En la Policía Nacional no lo hacemos por varias razones y porque el resultado puede ser peor. Lo primero, porque no todo el mundo tiene el arrojo o las condiciones físicas adecuadas para hacer frente a una agresión. Además, ese tipo de técnicas requieren una práctica casi diaria porque no es fácil reducir a una persona especialmente violenta. La mejor opción es echar agua al fuego y tratar de calmar a la persona alterada que puede convertirse en agresora. Con los médicos y enfermeras nosotros ponemos el acento en técnicas de comunicación verbal y de la dialéctica en el manejo de situaciones conflictivas. También incidimos en las condiciones de la consulta, situación del mobiliario, de cómo anticiparse al conflicto, de observación de comportamientos en la sala de espera. También se les explica que los sanitarios deben tener siempre una vía de evacuación en el espacio físico de la consulta para evitar la consumación de la agresión, cuando esas técnicas no funcionan.
-¿La doble puerta de la consulta?
-Eso es de mucha ayuda. En los centros de salud modernos y en todos los que se construyen esta doble puerta está incorporada. Pero en los centros antiguos no existe y no hay vía expedita. Y lamentablemente hay casos en los que lo único que puede hacer el sanitario es escapar.
-¿Y los botones de alarma antipánico?
-Los hay de muchas modalidades pero todos funcionan. Tenemos el botón tal cual que avisa al vigilante y también se puede activar una alarma a través del ordenador tecleando palabras clave. Esta alarma llega a todos los ordenadores del centro sanitario.
-La mayoría de los centros de salud no tienen vigilante.
-Por eso hay que saber utilizar estos dispositivos de forma adecuada. Y cuando se hace la alarma por ordenador no pueden entrar tres personas de forma atropellada en la consulta. A veces un intento de agresión leve se puede convertir en algo peor si el agresor se siente acorralado. No ha pasado en Sevilla pero sí en otros sitios que ha cogido al médico por el cuello y lo ha amenazado con un bolígrafo. Eso lo explicamos en nuestras charlas.
-¿No le parece triste que alguien agreda a quien quiere curarle o ayudarle?
-Sí. Ningún trabajador debería ser agredido por nadie en su lugar de trabajo, pero más duro aún es que sea un sanitario el agredido. Esta profesión es eminentemente vocacional y muchos sanitarios eligen zonas desfavorecidas para poder ayudar más y recibir a cambio una agresión es algo triste e injusto. Y a algunos les hará replantearse si merece la pena seguir allí y pedirán destinos más tranquilos o seguros.
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