El cerebro necesita un aporte constante de energía y nutrientes para funcionar correctamente. Una alimentación desordenada o improvisada justo antes del examen no compensa semanas de malos hábitos. Una buena alimentación, acompañada de descanso y planificación, es lo que marca la diferencia en el rendimiento cognitivo.
Alimentos que mejoran la memoria y la concentración
Ahora bien, sí hay alimentos que, dentro de una dieta saludable, pueden favorecer la memoria, la concentración y la agilidad mental. Los pescados azules como el salmón o el atún son ricos en omega-3, fundamentales para el buen funcionamiento del cerebro. Los frutos secos, especialmente nueces y almendras, aportan grasas saludables y antioxidantes que ayudan a proteger las neuronas. Los frutos rojos como los arándanos o las fresas tienen compuestos que mejoran la comunicación entre las células cerebrales. Y no podemos olvidar los cereales integrales, que aportan energía de forma sostenida, sin los altibajos que a veces pueden provocar los azúcares refinados.
La importancia de una buena hidratación
Además, es esencial mantener una buena hidratación, no saltarse las comidas y evitar atracones nocturnos. Un desayuno completo, con proteínas de calidad, frutas y carbohidratos integrales, es fundamental antes del examen.
En conclusión, rendir bien no depende de lo que comas el día antes, sino de cómo te alimentas cada día.
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