Alerta por las medusas huevo frito en el Mediterráneo: cómo es su picadura y cómo aliviarla

Una de las especies más singulares que habitan en los mares y océanos que rodean nuestro país el es la Cotylorhiza tuberculata, más conocida como medusa huevo frito no por tener un delicioso sabor, sino por su particular aspecto redondo y aplanado de color crema con un centro circular anaranjado cual yema de un huevo.

Habita en el mar Mediterráneo y puede llegar a alcanzar grandes dimensiones, con una umbrela de entre 20 y 40 cm de longitud. Su cuerpo consta de ocho brazos cubiertos de múltiples protuberancias de pequeño tamaño y forma redonda.

A diferencia de otras especies, la medusa huevo frito no es una especie peligrosa para el ser humano, ya que presenta una escasa toxicidad en sus tentáculos, que son más cortos que los de otros de sus congéneres. El contacto de la piel humana con sus filamentos venenosos suele tener en la mayoría de los casos unos efectos leves y pasajeros que consisten sobre todo en sensación de ardor e irritación de la piel.

Aunque estas medusas también presentan células urticantes, los cnidocitos, estos están dispuestos en una menor densidad que en aquellas especies con unos tentáculos más largos. Las picaduras que dejan no suelen ser muy dolorosas, aunque sí molestas en algunos casos.

El Ministerio de Transición Ecológica recomienda lavar la zona afectada con agua marina, pero no con agua dulce, amoniaco, vinagre u orines. Tampoco se recomienda frotar o rascar el área de la picadura. Para que los efectos pasen con mayor rapidez y eficacia se puede desinfectar con alcohol yodado dos o tres veces al día entre 48 a 72 horas después del contacto con la medusa.

Las utilizan fundamentalmente para defenderse de sus posibles atacantes. No obstante, hay animales completamente inmunes a su toxicidad, como los jureles, salemas o bogas, que a menudo nadan alrededor de las medusas huevo frito al conferirles protección frente a sus depredadores.