Vecinos de Carmona después de sufrir cuatro roturas de la tubería del Huesna: «Están esperando que algún día pase una tragedia»
La urbanización Los Jinetes lleva desde 2022 esperando que, en cualquier momento del día o de la noche, se inunden sus parcelas o viviendas por otra avería
El alcalde de Carmona pide al Consorcio del Huesna el desvío «inmediato» de la tubería que pasa por debajo de viviendas

Los casi 300 vecinos de la urbanización Los Jinetes de Carmona temen que a cualquier hora del día o la noche, sin esperarlo, vuelva a estallar la tubería de alta presión que pasa por sus parcelas, incluso por debajo de ... sus viviendas. Ya ha ocurrido cuatro veces, las tres primeras ha provocado, no sólo daños materiales, sino personales que afectan a su salud, como periodos de insomnio, pesadillas, ansiedad, nerviosismo y depresión. Algunos de los propietarios, los más afectados en estos años, no acaban de arreglar los daños ocasionados por el agua cada vez que hay una avería de estas características debido a que no llegan las indemnizaciones o son insuficientes. Duermen sabiendo que muy cerca o por debajo de sus casas pasa una tubería que cuando estalla salen 5.000 litros de agua por segundo y arrasa con todo. «Están esperando que algún día pase una tragedia», dicen. Por eso decidieron denunciar a los responsables del Consorcio Aguas del Huesna.
Es lo que le pasó a Aristónico Fernández, actual presidente de la comunidad de propietarios, cuando la tubería reventó por segunda vez junto a la urbanización en la que vive con sus dos hijos pequeños. «Eran las dos y media de la madrugada y dormíamos en la parte superior de la vivienda, cuando bajamos, la parcela y la casa estaba totalmente inundadas. Todo ocurrió en segundos». La tubería se partió al otro lado de la carretera de la ubicación de su parcela y el agua cortó el asfalto en dos, «como si fuera una tarta».
Aristónico Fernández es taxista. Su coche, recién comprado acabó encima de un árbol y fue siniestro total, el de su mujer chocó por la fuerza del agua contra el muro de la vivienda del vecino. El coche estaba a todo riesgo y lo pagó su compañía de seguro, pero con un inconveniente, tuvo que elegir un modelo inferior porque el mismo modelo tardaba 11 meses en llegar. «Pasó una semana antes de la feria de Sevilla con lo que supone eso para un taxista, estuve dos meses y medio sin poder trabajar». Todavía está peleando por la indemnización del tiempo que se quedó sin coche, desde el 18 de abril de 2023.
Ese día, la familia al completo tuvo que ser evacuada por la Guardia Civil y el pequeño de 11 años «tuvo que dormir durante meses en casa de mi suegra por el miedo que pasó. Si la vivienda hubiese estado situada en la parte delantera de la parcela, ninguno hubiera salido vivo de la casa».
Para María Dolores Balbuena la experiencia fue tan traumática que no tiene ganas de volver a su vivienda. «En la casa entró casi un metro de agua y barro, aún está señalado en las paredes». En la tercera rotura, a su hijo mayor le cogió de sorpresa dentro de la piscina. «Si no llega a ser por lo fuerte que estaba físicamente -se preparaba entonces para presentarse a las oposiciones de Policía Nacional- no sale. Además del agua, comenzaron a caer cascotes de hormigón». Las indemnizaciones no son suficientes para los daños materiales. «Mi casa no es habitable. Tuve que tirar todos los muebles y electrodomésticos, el frigorífico me lo encontré en el salón, el agua cubrió una cómoda de cinco cajones».
Para describir la fuerza que llevaba el agua dice que arrastró al final de la parcela unos macetones «que no somos capaces de mover entre dos personas». «Mi casa estaba recién pintada de perlita, las puertas las acababa de poner nuevas y la solería de la piscina apenas tenía cinco meses», añade.
Indemnizaciones
Otra vecina afectada es Teresa Jiménez y ha estado al frente, ayudando a sus vecinos, con las reclamaciones al Consorcio Aguas del Huesna. Asegura que hay un informe realizado por la perito de la primera compañía aseguradora de la entidad, AIG España, realizado en 2022 cuando se rompe por primera vez la tubería en la zona (el día 8 de agosto).
«Mantuve una buena relación con esta mujer. Me contó que fue a una nave situada en El Viso del Alcor a analizar los restos de la tubería que había quedado después de la primera rotura. Me dijo que estaba en muy malas condiciones, podrida. Realizaron el peritaje y la compañía aseguradora (IAG España) abandonó la empresa».
Este informe, según cuentan los vecinos de Los Jinetes, está en manos del Consorcio Aguas del Huesna. «En la única reunión que han mantenido con los representantes de los vecinos, reconocieron que lo tenían y nos dijeron que no se había podido desviar la tubería porque no tenían dinero, el proyecto cuesta de tres a tres millones y medio», apunta Teresa Jiménez.
Esta vecina pelea desde primera hora para que el consorcio desvíe la tubería. «En un principio, iba fuera de la urbanización pero llegaron a un acuerdo con los vecinos para que la urbanización pudiera tener agua potable. Aprovecharon esta petición para acortar terreno, expropiaron algunas tierras pero en otras se soterró».
Teresa cuenta el calvario por el que pasan para pedir las indemnizaciones que les corresponden por los daños. «Nos piden que pongamos reclamaciones a través de la oficina virtual y en la urbanización hay personas mayores, de hasta 80 años. En la primera rotura realizamos muchas gestiones para poder cobrar y, en menos de un mes, se volvió a romper la tubería». Hay vecinos que aún nos han cobrado las indemnizaciones de la segunda y tercera avería.
A Paqui del Real que vive sola, la segunda rotura le cogió durmiendo junto a la piscina. «Los bomberos me han sacado dos veces ya de mi casa. Vivo en una parcela que hace pendiente y la tubería la cruza en diagonal. La primera vez escuché un estruendo, me desperté y pensé que era una cosechadora que venía por la carretera. Cuando miré para el lado, vi el agua llegar en olas. Me agarré a la barandilla de la piscina. Empecé a llamar al 112 y sólo me preguntaban de donde venía el agua, ni yo lo sabía. Menos mal que me quedé con el móvil en la mano y pude pedir ayuda en el grupo de la comunidad».
Los vecinos mantuvieron una reunión a última hora de este miércoles para que la abogada les informara sobre la denuncia que han presentado contra los responsables del consorcio (Javier Fernández, presidente, y José María Villalobos, vicepresidente). «Están esperando que algún día pase una tragedia», dicen. Y cuenta que días antes de cada rotura de la tubería comienzan a escucharse ruidos, «vibraciones raras o se averían las tuberías de nuestras viviendas».
Pero lo peor es la incertidumbre. «No sabemos cuando va a volver a ocurrir, en una hora, un día o un mes. Si nos va a coger durmiendo o en la ducha. Vivimos con miedo».
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