Las torres de la banda morisca de Utrera, una riqueza histórica en riesgo de extinción

El campo de Utrera sigue siendo el hogar de muchas de estas torres, aunque si bien es cierto que algunas de ellas –como es el caso de la antigua torre de «La Ventosilla»-, terminaron reducidas a escombros , desapareciendo de manera completa sin que las administraciones pudieran hacer absolutamente nada. A la hora de tratar de proteger este patrimonio rural, aparecen problemas que los expertos en estos temas conocen de primera mano. «Estas torres se encuentran asentadas sobre terrenos privados, por lo que muchas veces los propietarios ven este patrimonio más como una carga que como un bien a poner en valor», explica Javier Mena, técnico de Cultura del Ayuntamiento de Utrera y que recuerda como el Consistorio ha tratado de poner en marcha en más de una ocasión proyectos encaminados a proteger este legado que no han conseguido los objetivos marcados.

En Utrera siguen resistiendo el paso del tiempo, el olvido y las agresiones vandálicas torres como las del Águila, el Bollo, Troya o Lopera. Precisamente las torres del Águila y de Lopera se encuentran en la denominada « lista roja» del patrimonio que elabora la asociación «Hispania Nostra », ya que corren peligro de desaparecer para siempre.

La torre de Lopera fue el escenario en el que los cronistas cuentan que los ejércitos cristianos consiguieron una importante victoria ante los musulmanes en el año 1484, abriendo camino hacia la definitiva «toma de Granada». Según explica la asociación «Hispania Nostra», la fortificación –declarada Bien de Interés Cultural-, en la actualidad está «abandonada y en ruinas, sus muros suelen albergar animales. Todo el complejo está afectado por la vegetación que aflora en las esquinas y en el remate de la torre, y por las actuaciones de movimientos de tierra realizadas en lo que sería el patio de armas».

Tampoco es tranquilizadora la situación en la que se encuentra en la actualidad la Torre del Águila, situada en una posición privilegiada en la que se domina la perspectiva casi completa del pantano Torre del Águila, ubicado a muy pocos kilómetros de El Palmar de Troya. En el siglo XIV llegó a tener un destacamento de más de veinte hombres, en un enclave estratégico, donde según explica este colectivo que defiende el patrimonio en toda España, la torre se encuentra «en ruina, desmochada, han robado bloques de piedra de la fachada principal y de la portada. La bóveda está casi destruida, mientras que el interior está sucio y lleno de pintadas». La torre ha sufrido en las últimas décadas un deterioro progresivo, siendo víctima de vandalismo sistemático y de un lamentable expolio.

Se trata por tanto de enclaves que cuentan historias por sí solos, que se convirtieron en fundamentales para defender una tierra de frontera en tiempos complicados, que hoy languidecen ante la amenaza del olvido y la destrucción.