Un oasis de esperanza para las personas con discapacidad en pleno corazón de la campiña utrerana

En un rincón del término municipal utrerano, marcado especialmente por la belleza del paisaje, en la denominada como carretera de «Don Rodrigo» (A-(8029) , comenzó su andadura en el año 1999 el centro de terapias ecuestres de «La Corbera», ubicado en la finca del mismo nombre y constituido en asociación sin ánimo de lucro desde 2003, convirtiéndose en una iniciativa pionera en toda la provincia de Sevilla.

En estas instalaciones tiene lugar el desarrollo de una terapia complementaria de rehabilitación para niños y adultos con cualquier necesidad específica o discapacidad, utilizando como principales argumentos el caballo y el entorno natural en el que este animal vive. Se tratan de ejercicios que cuentan con beneficios probados en la calidad de vida de muchas personas que sufren determinadas enfermedades, así como trastornos psicomotores y que son dirigidos por técnicos profesionales en el mundo de la salud y homologados en Intervenciones Asistidas con Caballos por la Federación Española de Terapias Ecuestres. Con la asociación colaboran profesionales como fisioterapeutas, pedagogos y psicólogos .

Lo que comenzó como una idea aislada para un número reducido de pacientes, ha ido creciendo con los años, la información se ha transmitido de boca en boca, y en la actualidad tienen una demanda de más de 200 pacientes , que acuden al centro con buenas referencias de todas aquellas personas que han podido experimentar estas terapias.

Un equilibrio complicado, ya que se trata de una asociación sostenida por el trabajo voluntario de muchas personas, la cesión de las instalaciones, material y caballos por parte del propietario de la finca y las aportaciones económicas de empresas y usuarios. «Estamos luchando fuertemente por ser reconocidos y subvencionados por los organismos públicos competentes, pero todavía vemos que es un camino duro y largo », comenta Yuya Fernández, la responsable de este centro de terapias ecuestres.

Habitualmente una sesión de terapia ecuestre viene a costar de manera general en torno a 60 euros, un precio que se reduce ampliamente en «La Corbera», ya que el objetivo de sus responsables únicamente trata de cubrir costes, por lo que ofrecen sesiones individuales al precio de 25 euros e incluso el precio baja hasta los 16 euros cuando se trata de colectivos o asociaciones. Lo tienen muy claro desde sus inicios, un espíritu que Fernández destaca al asegurar que «defendemos la necesidad de que cualquier persona pueda acceder a las sesiones con un precio asequible. Por tanto, la financiación externa nos ayuda a sufragar nuestro presupuesto anual y poder mantener la premisa de abaratar el coste de las sesiones».

La labor social que lleva a cabo este colectivo de enamorados de la naturaleza y el mundo del caballo es muy destacada y llega a trascender notablemente los límites del término municipal utrerano, ya que a sus instalaciones llegan pacientes p rocedentes de todos los puntos de la provincia sevillana . Para cumplir sus objetivos, «La Corbera mantiene en la actualidad convenios con entidades como la Universidad de Sevilla y fundaciones como La Caixa o Telefónica.

Una iniciativa que surgió en su día gracias al impulso de los propietarios de la finca, que quisieron compartir los beneficios obtenidos en la calidad de vida de su hija gracias a la puesta en marcha de terapias ecuestres. Así, la asociación este año ha dado un paso más, impulsando la celebración en el mes de julio de la primera edición de un campamento de verano de terapias intensivas . Una actividad pionera en Andalucía y en la que los profesionales enfocan las actividades diarias a la terapia de los pacientes, convirtiéndose en un completo tratamiento.

«En otros países se han realizado estudios para valorar este tipo de terapias, y se ha demostrado que las terapias intensivas tienen un potencial de mejorar por diez los resultados de las terapias tradicionales», comenta Yuya Fernández.

La naturaleza, el buen hacer de numerosos profesionales y la bondad de un animal tan noble como el caballo, hacen de este centro utrerano un auténtico oasis de esperanza para muchas personas que o padecen alguna enfermedad o necesitan recuperarse de determinados trastornos psicomotores y que un día llegaron a perder la esperanza de poder recuperar su calidad de vida.