Fina Alba, la reina de las especias de Utrera y la comarca

Es el caso por ejemplo de la tienda de especias de Final Alba , una intrépida utrerana que ha sido capaz de resistir todas las modas y llevar casi tres décadas manteniendo el espíritu del negocio histórico de su familia, que no era otro que el de vender especias en la plazas de abastos de Utrera . Como una especie de gurú, Fina es capaz de vender el mejor té del mercado, a los ingredientes perfectos para aliñar las famosas aceitunas gordales de Utrera, pasando por hierbas indicadas para mejorar la potencia sexual.

En 1956 los padres de Fina Alba se afincaron en Utrera procedentes de la localidad cordobesa de Aguilar de la Frontera. «La plaza de abastos estaba muy concurrida en aquellos años, allí literalmente te perdías y la verdad es que recuerdo con mucho cariño el ambiente que había, donde mi padre vendía en un puesto muy pequeñito », explica la utrerana, quien apunta cómo los siete hermanos de la familia pasaban habitualmente por la plaza de abastos para ayudar a su padre con el pequeño puesto que fue creciendo con los años e incorporando nuevos y atractivos productos .

En 1998 se jubilaron sus padres y Fina decidió dar un paso adelante y continuar con el negocio , que con el paso de los años cambiaría en varias ocasiones de ubicación, entre la propia plaza de abastos y la avenida Fernanda y Bernarda. Fina fue poco a poco ampliando la mercancía, pulsando las necesidades de su clientes, hasta convertirse en un experta no sólo en especias, sino también en frutos secos, golosinas, tés, infusiones, hierbas aromáticas, legumbres, ajos, productos naturales, complementos alimenticios o inciensos, hasta crear la tienda única que hoy pueden disfrutar todos los utreranos.

La tienda que regenta Fina es uno de las principales representantes en la actualidad de lo que se conoce como «comercio tradicional», que destaca por su especialización, cercanía en el trato y profesionalidad en todos los sentidos. «En esta tienda vamos ya por la tercera generación de clientes, actualmente atendemos a personas que son nietos de los primeros clientes que mi padre atendía en la plaza de abastos», apunta orgullosa la comerciante.