Los milagros de la Virgen de Consolación de Utrera: de la leyenda de la lámpara de aceite a su cambio de color

Se trata de una Virgen que tiene una apasionante historia, en muchos casos desconocida para el gran público. La mayoría de los historiadores se ponen de acuerdo a la hora de afirmar que llegó a Utrera, procedente de Sevilla en el año 1507. El apogeo de la devoción a esta Virgen, comienza a partir del año 1560, cuando las crónicas aseguran que tuvo lugar el más importante de los milagros que llevó a cabo, que no es otro que el milagro de la lámpara de aceite.

Parece ser que corrían malos momentos en Utrera en aquel año después de una gran epidemia que había asolado la ciudad, y sus habitantes carecían de lo más elemental, incluso no disponían del aceite necesario para encender la lámpara que daba luz a la Virgen en su santuario. Así, cuenta la tradición oral y escrita, que el ermitaño que se encargaba de cuidar a la Virgen en su santuario, de repente vio un gran resplandor, y acudió a comprobar cómo la lámpara de aceite que estaba junto a la Virgen se había encendido sola, como por arte de magia.

Desde ese momento la lámpara permaneció semanas sin apagarse, siendo un hecho que consolidó la devoción a la Virgen de Consolación, que en las décadas posteriores se convirtió en todo un fenómeno, dando incluso origen a una gran romería que llegó a concentrar hasta finales del siglo XVIII a más de 30 hermandades que llegaban desde múltiples puntos de Andalucía. La lámpara es un elemento fundamental para entender la historia de Consolación, estando su representación aún en el santuario. Cada madrugada del 8 de septiembre, el día más importante para Consolación, se procede al encendido de la lámpara, un instante de un gran simbolismo.

Al supuesto milagro que tuvo lugar en 1560 en Utrera está asociada también otra curiosa teoría. Y es que Consolación pudo ser en sus orígenes, tal y como indica el historiador Rodrigo Caro una imagen de encarnadura oscura, al modo de otras vírgenes como Monserrat o la Virgen de Regla. Es el propio Rodrigo Caro el que cuenta que tras el milagro de la lámpara, la Virgen cambió de color «volviéndose hermosa y resplandeciente», adquiriendo el color que tiene en la actualidad. Una bella historia, que los historiadores entendidos en la materia, atribuyen más bien a una restauración de la que no han quedado datos escritos, que a una historia tan enigmática.

En cualquier caso, el santuario de Consolación y la patrona de Utrera, constituyen un lugar apasionante dentro del mapa religioso y devocional de la provincia de Sevilla, mostrando una potente historia que no ha palidecido con el paso de los siglos.