Así es el test de seroprevalencia en Sevilla: cuádruple negativo en una familia de Isla Mayor

Se trata del estudio de seroprevalencia cuyos datos provisionales presentó ayer por la tarde el Gobierno y que arroja un dato llamativo: en la provincia de Sevilla, sólo un 2,3% de la población ha generado anticuerpos frente al coronavirus. Este es el relato de cómo se ha hecho el test para una familia de cuatro miembros, en todo comparable al 97,7% restante de la población sevillana.

En principio, un cierto sentimiento de preocupación le inundó su cuerpo al escuchar los motivos de la llamada desde el centro de salud de Coria del Río, pero poco a poco «me di cuenta de que era algo importante para todos , así que acepté». Habla en primera persona, pero en realidad lo hacía en nombre de todos los miembros que forman su familia, su pareja y sus dos niñas.

«Lo primero que hice fue llamar a mi pareja, que estaba trabajando, y fue él el que me ayudó a tranquilizarme, y luego, a mi familia, y eso que desde el principio, los que me llamaron desde el centro de salud me dijeron que no me asustara , que era una llamada que estaban realizando a la población para participar en el test y que n o era nada peligroso », recuerda a ABC.

Este tipo de test se está llevando a cabo en todo el territorio nacional entre 36.000 familias seleccionadas al azar —noventa mil personas en total— por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y en la provincia Sevilla han sido seleccionados 966 hogares de 24 municipios con los que se pretende estimar el porcentaje de población que ha desarrollado anticuerpos del coronavirus, de ahí que la llamada recibida por parte del SAS se dirigiera a todos los miembros de sus familia y no sólo a ella.

Comenta María Dolores que la llamada la recibió el viernes 1 de mayo para citarla junto a su familia para el martes 5, así que antes de que llegara ese día, tuvo que explicarle a sus hijas el motivo de la prueba. «A Nayara (10 años), que es muy nerviosa, el confinamiento los primeros días le estaba afectando porque estaba acostumbrada a estar todo el día liada entre las clases del colegio y las actividades extraescolares, y la pequeña Ariadna, de tres añitos, lo lleva un poco mejor, pero las dos entendieron, a su manera, la situación», comenta. « No podemos salir a la calle porque hay un bichito », le decía la pequeña Ariadna cuando comenzó el confinamiento.

Además, recuerda que « el coronavirus le ha suspendido la comunión a la mayor, que estaba prevista para el pasado 25 de abril, y eso también le afectó al principio, pero ya lo tenemos asumidos. Habrá que esperar a que nos den la fecha nueva».

En el caso de esta vecina de Isla Mayor, la prueba también la realizó su pareja, José Manuel (31 años) y sus dos hijas. La fecha marcada era el pasado martes en el Pabellón Pallarés, y no en el centro de salud, que es un espacio municipal que engloba a su vez otros usos como la biblioteca, una sala de cine o una improvisada consulta médica, como fue el caso. Ese día, cuenta esta vecina isleña, también estaban citadas otras seis familias del pueblo.

Nada más llegar, se encontraron con los sanitarios que «tenían puestos los trajes de protección y eso, quieras o no, impresiona bastante sobre todo a las niñas, pero pronto perdieron el miedo porque empezamos a hablar como si tal cosa y se portaron muy bien con nosotros, explicándonos todo», comenta.

Lo primero que hicieron fue responder a una veintena de preguntas , tales como el número de personas que conviven en el hogar, el número de dormitorios que hay en la casa, si suelen acudir otras personas que no forman parte del núcleo familiar al mismo durante el confinamiento, si son fumadores, cuánto mide la casa, si son fumadores habituales..., una serie de cuestiones que son las mismas que se realiza en todo el territorio nacional y que antecede al pinchazo en el dedo, «como si fuera una prueba del azúcar» a todos. «En este caso, la más pequeña no se inmutó porque está acostumbrada a que le pinchemos en el dedo, no por el azúcar, sino porque se suele deshidratar».

Este ligero pinchazo proporciona información para saber si la persona ha estado infectada , pero posteriormente, para asegurar un resultado más fiable, se les realiza una extracción de sangre en el brazo —a la pequeña Ariadna no fue preciso— que confirmó el cuádruple negativo a esta familia isleña. Ahora, aguardan en casa tres semanas hasta que se les vuelva a repetir la prueba y, si todo marcha como hasta ahora, volverán a repetirla por tercera vez dentro de otras tres semanas.

En la provincia, además de Isla Mayor, el estudio epidemiológico, como también se le conoce, se lleva a cabo en Sevilla capital (366 familias), Dos Hermanas (72) y en otros 22 municipios donde han sido, al igual que el caso de María Dolores, escogidos 24 hogares: Alcalá de Guadaíra, Lebrija, Morón de la Frontera, Utrera, Arahal, Écija, Estepa, Marchena, Casariche, Algámitas, Martín de la Jara, Mairena del Aljarafe, Bormujos, Tomares, Umbrete, Palomares del Río, La Puebla del Río, La Rinconada, Carmona, Guillena y Brenes.