Sevilla registra una invasión de mosquitos «orejeros», que son más pequeños y pican más fuerte

Los días calurosos vividos en las últimas jornadas, especialmente en la última semana de mayo donde no se bajó ningún día de los 30 grados y con picos de hasta 36 varios días consecutivos, ha provocado que los ciudadanos se lancen a tomar una copa al aire libre, o simplemente aprovechen la llegada de la tarde para dar un paseo por la ciudad.

Las altas temperaturas tras un periodo de lluvia en el mes de mayo , que dejó en Sevilla más de 50 litros por metro cuadrados, han llegado acompañadas de una presencia masiva de mosquitos por la ciudad que ha provocado infinidad de picaduras entre la población. Estos insectos, que son muy comunes con el cambio de estación, están directamente relacionados con los arrozales de las marismas sevillanas, donde su presencia forma parte del «día a día» de las localidades que viven de este cultivo casi todo el año.

Este hecho, que no es nuevo en Sevilla, se acrecienta con la época de la plantación del arroz, especialmente en las localidades de La Puebla del Río e Isla Mayor , donde se encuentra una de las mayores extensiones de arrozales de España, junto con las existentes en el Delta del Ebro. La cercanía de estas localidades a la capital hace que estos días los sevillanos vivan un particular calvario de picaduras de estos insectos, cuyas larvas encuentran en estas aguas estancadas su mejor hábitat para su desarrollo hasta convertirse en adultos.

A todo ello, y ya desde hace décadas, cuando la planta del arroz ha alcanzado ya una altura considerable se realiza una fumigación masiva en estas «piscinas» para evitar las molestas picaduras entre la población, cuando la larva se ha transformado en mosquito. Y de este molesto insecto entienden mucho los vecinos de Isla Mayor, que desde hace medio siglo sufren sus picaduras.

Pero este año aún no se ha producido esta fumigación, puesto que los arrozales se encuentran en estos momentos llenándose de agua para cultivar este cereal del que viven muchas familias de este pueblo sevillano. La cercanía con la capital hace que los mosquitos «protagonicen» episodios molestos entre la población, algo a lo que están acostumbrados ya desde hace años en el municipio isleño.

El cambio de estación, de primavera a verano, provoca la presencia masiva de estos insectos comunes, si bien los que están en estos momentos por muchas localidades son los que en Isla Mayor denominan mosquitos «orejeros», que son mucho más pequeños de los habituales y que suelen picar con más virulencia a las personas.

Ahora mismo, con el llenado de los arrozales , la presencia de los mosquitos «normales» se centra más en el campo sin que hasta ahora se haya notado una presencia masiva en las calles de este pueblo, que espera, como todos los años, una llegada masiva cuando las «piscinas» estén completamente llenas de agua para favorecer el crecimiento de este cereal . Pero los que sí han llegado son los «orejones» que se han desplazado hasta municipios cercanos del área metropolitana de la provincia de Sevilla, como es la capital o la mayoría de los pueblos que conforman la comarca del Aljarafe.

Varios estudios ha comprobado que lo más eficaz para evitar la presencia masiva de mosquitos , como la que está sufriendo estos días Sevilla, es acabar con las larvas , pero para ello hay que esperar que las lagunas se llenen de agua y la planta alcance una altura suficiente. Entonces se realiza una fumigación masiva con la que se pretende acabar con este insecto y con sus molestas picaduras. Los arrozales abarcan 35.000 hectáreas en Isla Mayor, si bien existe otra docena de municipios del Bajo Guadalquivir que padecen este mismo problema.

Por su parte, el Ayuntamiento de Sevilla explica que en el caso de los mosquitos, el Zoosanitario suele centrar sus actuaciones en el origen de este insecto, que se relaciona con la presencia de agua estancada.

En una primera fase, explican fuentes municipales a ABC, las acciones se centran en analizar la zona afectada en busca de agua encharcada , «que puede ir desde el agua del plato de una maceta a una rotura de una tubería que esté provocando charcos en superficies (visibles) u ocultos en cámaras de aire de edificaciones, obras o sótanos». También puede relacionarse con riachuelos de bajo caudal donde en las márgenes el agua permanece estancada.

La prioridad es eliminar ese agua estancada donde los mosquitos ponen los huevos . A partir de ahí, el tratamiento normalmente se orienta a productos larvicidas en las aguas que no se pueden eliminar, como por ejemplo el riachuelo o imbornales (que actúa como sello hidráulico). El producto utilizado como larvicida por parte del Consistorio hispalense suele ser el «Bacillus Thurigiensis».

Con todo, y a la espera de que esta presencia masiva de mosquitos en Sevilla pase, no queda otra que protegerse con productos repelentes sobre la piel expuesta, como pueden ser los spray que venden en los supermercados o farmacias o las pulseras de citronela , usadas especialmente para los más pequeños.