Las múltiples vidas de la ermita de la Yedra en Constantina

De guardiana de una devoción, a hospital de apestados o a guarida para perros de caza hace tan solo 40 años. Hoy quedan las ruinas de lo que fue. Una espadaña, una fachada, unos muros y los restos de una capilla azul. Desde hace ocho años un vecino de la localidad , tras obtener el permiso del párroco de entonces, es centinela y habitante de esta ermita.

Según el historiador sevillano, Hernández Díaz , la ermita de la Yedra de Constantina es «uno de los edificios más interesantes de la arquitectura medieval en tierras de Sevilla». La planta original de esta ermita solo la comparten dos más en Andalucía . La de Villalba del Alcor en Huelva y la de San Benito en Porcuna, Jaén.

Su singularidad y valor artístico le llevaron a ser declarado Monumento histórico artístico de carácter nacional en 1983. Sin embargo, esta protección no le ha librado de las peores decisiones para su conservación y mejoras.

La devoción a la Virgen de la Yedra era muy popular siglos atrás en el municipio, tanto es así, que en alguna hoja parroquial aparecía referencias como «la antigua patrona de Constantina ». El día 8 de septiembre procesionaba por sus alrededores en andas según se refleja en las reglas de su propia Hermandad.

De la virgen primitiva sólo se conoce una fotografía de un azulejo situado en la cercana fuente de El Chorrillo grabado con la fecha 1668 . Esta imagen, también se supone que de origen gótico, portaba al Niño Jesús y guardaba las oraciones de devotos y hortelanos de la zona a pie de un cruce de caminos.

El emplazamiento de la ermita, cercana pero retirada del núcleo urbano, le ha llevado a ser protagonista a lo largo de sus siglos de historia. Muchas veces en cometidos bastantes alejados de su fin de culto y de la protección merecida. En 1716 en escritos de la época se recogía que por orden del Ayuntamiento, la ermita había de convertirse en hospital para acoger a apestados y tuberculosos . Se dotó a la ermita de personal médico y de mozos encargados de transportar allí a los enfermos y de enterrar los cadáveres.

La ermita presenta restos de distintos movimientos artísticos fruto del paso de los siglos y de las decisiones de eclesiásticos y gobernadores de diferentes momentos históricos. Una de sus portadas, la principal situada al este, es de estilo renacentista y procede del desaparecido Convento de San Francisco que se situaba al norte de la localidad. En 1936 la ermita fue saqueada comenzando así su declive a su estado ruinoso actual.

La reja que custodiaba su entrada puede verse en una de las capillas de la Parroquia de Santa María la Encarnación del municipio. La ermita fue desprovista de las tejas para vestir otro edificio dejando así la estructura al aire y provocando la posterior caída de las naves principales. Un edificio del que poco queda y lleno de malezas que fue usado por la Asociación de Cazadores del municipio para criar y cuidar perros.

Un vecino custodia hace ocho años este edificio propiedad el Arzobispado de Sevilla. Con buena fe ha limpiado de malezas y escombros y construido un pequeño altar a la Virgen de la Yedra siendo alguna de estas actuaciones irreversibles . La ermita de la Yedra es, como otros tantos, un Bien de Interés Cultural abandonado a su suerte.