La producción de marihuana en Sevilla se organiza en «cooperativas» al servicio del narco
Los narcotraficantes captan a propietarios de fincas urbanas y rurales para instalar los cultivos y los proporcionan los medios y las instrucciones para garantizar las cosechas
Un agente delante de una plantación de marihuana que crecía al aire libre
La producción de marihuana a gran escala comenzó a ser un problema en la provincia de Sevilla en 2016 cuando despegó una actividad ilegal que genera importantes rendimientos económicos. La radiografía a día de hoy es la de una suerte de industria floreciente ... que aunque se desarrolla de manera clandestina es capaz de ocupar hectáreas y hectáreas de campo al aire libre. En una reciente reunión de coordinación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado , el diagnóstico era rotundo: los cultivos de cannabis se han generalizado en algunas zonas de la provincia hasta el punto que se han normalizado entre sus poblaciones.
Tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil tienen grupos especializados en el mercado de esta droga para tratar de poner coto a una actividad que está en auge y que además cuenta con cierta connivencia social. No en vano, el partido Más País elevó al Congreso de los Diputados una propuesta para la legalización del autocultivo que finalmente no salió adelante. Pero el debate está encima de la mesa.
ABC se ha entrevistado con el cabo primero responsable del equipo que tiene el Instituto Armado en la Comandancia de Sevilla, el cual ha ejecutado en lo que va de año 180 operaciones , ha detenido a 210 personas y se ha incautado de más de once toneladas de marihuana . Todo ello sin salirse de los límites de la provincia y dentro de las zonas donde tienen competencia la Guardia Civil, esencialmente la Sevilla rural. Estos datos que sólo recogen una parte del negocio que se mueve en la provincia dan una idea de la dimensión que ha adquirido la producción de marihuana.
Estos investigadores han sido testigos de cómo este negocio se ha ido profesionalizando conformando una cadena de producción perfectamente identificable. Ya no hay cultivadores que producen de manera individual y venden su mercancía al mejor postor. Los cultivos, ya sean de interior o de exterior, están en manos de organizaciones. «Hacen captación de cultivadores , a los que a cambio de un beneficio económico y funcionando como una cooperativa, utilizan sus fincas, rurales o urbanas, para la instalación de cultivos», señala este agente de la Benemérita. Los productores reciben instrucciones de cómo llevar a cabo «un desarrollo óptimo de la planta». Los narcotraficantes les facilitan las semillas e incluso la mano de obra para la instalación eléctrica cuando se trata de plantaciones de interior que necesitan del aporte constante de luz artificial. En una investigación llevada a cabo recientemente los agentes constataron cómo en caso de avería eléctrica, la organización les facilitaba incluso un electricista de guardia.
Una plantación de interior
Detrás de esas grandes organizaciones que están sacando rédito al campo sevillano a través de la producción de la marihuana están los mismos clanes y bandas que antes se lucraban con otras drogas. Sirva de ejemplo la detención esta semana en la provincia de Cádiz de Isidoro M., alias «El Doro», de 42 años y dueño de la Unión Deportiva La Algaida de Sanlúcar. Se le investiga por blanquear millonarias cantidades procedente del tráfico de marihuana. Una ingeniería financiera que recuerda al negocio de la cocaína o el hachís con la notable diferencia que la producción de la marihuana se hace en suelo andaluz y los traficantes no tienen que cambiar de continente para hacerse con la mercancía en origen.
Estos cultivadores cobran en función de la producción que salga de sus propiedades y son los que también se exponen a un mayor riesgo de ser detenido. Cuando los cuerpos policiales irrumpen en una plantación de marihuana los primeros en caer son las personas que vigilan los cultivos y los siguientes son los dueños de la parcela o la casa donde crece el cannabis. Por eso no es raro encontrar en los listados de arrestados a personas que carecían hasta la fecha de antecedentes.
Sin antecedentes hasta ahora
En la última gran operación desarrollada por este equipo de la Benemérita, bautizada con el nombre de Itálica 80 Des Ordures , los agentes desmantelaron hasta 17 plantaciones de marihuana en las que había alrededor de 10.000 plantas. En la redada fueron detenidas 25 personas en las localidades de Marchena, Puebla del Río, Guillena, Alcalá del Río, Aznalcóllar, Pilas, Pedrera, Lebrija, Villamanrique, Pilas y Bollullos de la Mitación. De todos esos implicados, la mayoría (17 carecía de antecedentes). Si bien, como detalla el jefe de este grupo policial, el nivel de reincidencia tras el primer arresto es elevado: «Generalmente, los individuos que se dedican a este ilícito penal, reinciden presumiblemente por dos motivos: socialmente cada vez está más aceptado y el reproche penal es tan leve que el beneficio económico que obtienen compensa el riesgo».
Los investigadores apuntan a tres razones que explicarían el desarrollo explosivo que ha tenido este negocio ilegal en apenas un quinquenio: la aceptación social, «un reproche penal leve» y los beneficios económicos que se obtienen. El Código Penal reserva penas que van de los doce meses a los tres años de cárcel por el cultivo de una sustancia estupefaciente como la marihuana que está tipificada como una droga que no causa un grave daño para la salud. Unas penas que no están disuadiendo como muestra el boom que está teniendo esta actividad ilegal.
El mercado de la droga que se cultiva en el campo sevillano: 22, 2 millones de consumidores
La marihuana que se produce en la provincia de Sevilla viaja a Europa, donde es la sustancia que más se consume. Según el último Informe Europeo sobre Drogas , publicado este año, 22,2 millones de personas de entre 15 y 64 años admiten que tomaron marihuana en el último año. La siguiente droga en nivel de aceptación es la cocaína, cuyo consumo lo reconoce 3,5 millones de europeos. La diferencia es abismal. Esa altísima demanda de los consumidores es el principal motor de la producción que se ha asentado en esta provincia y en otras zonas de Andalucía.
Ese mismo estudio alerta de que la droga que circula por el mercado negro europeo poseen una mayor concentración de THC , que es el principal psicoactivo del cannabis. Los productores cultivan las variedades de cannabis sátiva que los narcotraficantes les proporcionan en función de la demanda.
¿Y cuáles son esos municipios sevillanos donde se ha extendido el cultivo de marihuana? Este responsable policial señala tres zonas dentro de su área de competencia: la Campiña, Bajo del Guadalquivir y Vía de la Plata. Municipios como Guillena, Carmona, Utrera o Lebrija están salpicadas de plantaciones de exterior e interior. En el extrarradio carmonense, la Guardia Civil localizó dos plantaciones con más de 3.000 plantas cada una este pasado verano y un laboratorio para hacer ensayos con distintas variedades de cannabis sativa.
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